
Estados Unidos rara vez ha estado fuera de los titulares este año. El mundo ha visto cómo la administración Trump ha recortado departamentos gubernamentales, ha debilitado alianzas, ha aumentado las deportaciones y ha enviado a la Guardia Nacional a las calles de las ciudades.
Para la industria turística, no toda publicidad es buena: el análisis de The Economist sobre datos disponibles sugiere que el número de visitantes internacionales a la ‘tierra de la libertad’ ha disminuido notablemente en 2025 en comparación con el mismo período de 2024.
Al principio, el panorama era confuso. Los primeros informes sugerían una fuerte caída en marzo, coincidiendo con las amenazas arancelarias de Donald Trump. Pero análisis posteriores mostraron un aumento en abril, aunque la verdadera causa resultó ser la fecha de la Pascua, que fue a finales de marzo del año pasado, pero a mediados de abril este año. Los datos de llegadas diarias de 20 aeropuertos principales confirman este patrón.
Con la mayor parte de la temporada de verano ya visible, la tendencia es más difícil de pasar por alto. Utilizando datos mensuales sobre llegadas a todos los aeropuertos de la Administración de Comercio Internacional de Estados Unidos, una agencia gubernamental, The Economist revela que las llegadas de extranjeros a los aeropuertos estadounidenses han disminuido un 3.8% en comparación con 2024, lo que representa 1.3 millones de personas menos.

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La caída fue más pronunciada entre mayo y julio, cuando las llegadas cayeron un 5.5% interanual. Esto contrarrestó la tendencia mundial, puesto que el turismo finalmente se recuperó a los niveles prepandémicos.
La caída más pronunciada se registró en las llegadas desde Canadá. Las entradas de canadienses a los aeropuertos estadounidenses han disminuido un 7.4% en lo que va de año y un 13.2% durante el verano boreal. Los cruces de automóviles han disminuido aún más: en junio fueron un tercio menos que el año pasado.
Muchos canadienses están boicoteando los productos estadounidenses y evitando viajar al sur tras los aranceles de Trump a las exportaciones canadienses y sus amenazas de anexionarse el país. No todos los destinos turísticos más importantes de Estados Unidos se han visto afectados por igual.
Durante el verano, los aeropuertos Logan de Boston y O’Hare de Chicago experimentaron una caída de aproximadamente el 8% en las llegadas internacionales, en comparación con el mismo período del año pasado; en el aeropuerto JFK de Nueva York, la caída fue del 7%. Sin embargo, destinos turísticos de Florida como Orlando y Tampa atrajeron a más turistas extranjeros este verano que el anterior.

Esto ha ayudado a estabilizar el número de llegadas extranjeras a los principales aeropuertos a mediados de agosto.
Los viajes y el turismo representan alrededor del 3% del PBI de Estados Unidos. Perder visitantes podría ser costoso, pero hasta ahora, los operadores hoteleros han informado que el mayor gasto de los viajeros nacionales adinerados ha suavizado el impacto.
Sin embargo, estos viajeros también están viajando al extranjero en mayor número que el año pasado, a medida que los viajes internacionales se recuperan de la pandemia. Las salidas de ciudadanos estadounidenses en vuelos internacionales aumentaron un 2.9% con respecto al año pasado, y un 2.5% entre mayo y julio.
En 2024, aproximadamente un 22% más de estadounidenses viajaron al exterior que extranjeros llegaron al país; en lo que va de año, la brecha se ha ampliado al 27%. Para un presidente obsesionado con los desequilibrios comerciales, que más estadounidenses gasten dinero en el extranjero, mientras que menos foráneos hagan lo propio en Estados Unidos, esto debería ser preocupante.