Esta imagen, difundida por la Oficina de Prensa, muestra a los cardenales haciendo fila en la Capilla Sixtina para jurar sobre la Biblia que jamás revelarán los secretos de sus deliberaciones antes del inicio del cónclave en el Vaticano el 12 de marzo de 2013. (Foto de OSSERVATORE ROMANO / AFP)
Esta imagen, difundida por la Oficina de Prensa, muestra a los cardenales haciendo fila en la Capilla Sixtina para jurar sobre la Biblia que jamás revelarán los secretos de sus deliberaciones antes del inicio del cónclave en el Vaticano el 12 de marzo de 2013. (Foto de OSSERVATORE ROMANO / AFP)
The Economist

La muerte del papa Francisco el 21 de abril se produjo en medio de un tumulto en los asuntos internacionales, en el que se esperaba que el difunto pontífice desempeñara un papel influyente. Dos días después de sufrir un derrame cerebral mortal, el sencillo féretro de Francisco fue trasladado de sus modestas estancias en el Vaticano al ornamentado interior de la Basílica de San Pedro. Estaba previsto que a su funeral, el 26 de abril, asistiera una constelación de líderes mundiales, entre ellos el presidente Donald Trump.

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