
Si el tiempo coopera (algunas tormentas ya provocaron la cancelación de un lanzamiento, el 9 de abril), en los próximos días Amazon dará sus primeros pasos en el sector espacial.
En una plataforma de lanzamiento de Florida se encuentra un cohete de la United Launch Alliance (ULA) que transportará el primer lote de 27 satélites para el nuevo sistema de internet por satélite “Kuiper” de Amazon. La poderosa empresa de comercio electrónico espera proporcionar “internet de alta velocidad y baja latencia prácticamente en cualquier lugar del planeta”.
Si esta frase promocional te resulta familiar es porque lo es. La empresa europea OneWeb y los servicios por satélite chinos Thousand Sails y GuoWang, que se encuentran en construcción, ya forman parte de un mercado de banda ancha por satélite en rápido crecimiento que está dominado por Starlink de SpaceX, y Kuiper es el competidor de más reciente ingreso. Estos servicios atraen cada vez más interés… y no solo de las empresas privadas, sino también de los gobiernos.
La idea en que se basa Kuiper es sencilla. Desde hace varios años, internet por satélite ha hecho posible la conectividad en zonas rurales remotas y en lugares como barcos, plataformas petrolíferas y aviones.
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Por desgracia, este servicio se prestaba a través de unos cuantos satélites grandes a altitudes enormes, lo que hacía las conexiones lentas y caras; por lo tanto, la banda ancha por satélite era solo una opción de último recurso.
Kuiper le da un giro total a este modelo, pues planea lanzar más de 3,200 satélites pequeños y baratos en órbitas de apenas unos 600 km de altitud. Amazon espera que eso le permita ofrecer un servicio comparable a la banda ancha terrestre, sin importar cuán remota sea la ubicación de sus clientes.
El director ejecutivo de Amazon, Andy Jassy, en una carta dirigida a los accionistas en 2023, hizo notar que en el mundo hay entre 400 y 500 millones de hogares que no tienen acceso a Internet, por lo que proporcionárselos podría ser una “oportunidad de ingresos considerables para Amazon”. El éxito del servicio de Starlink, pionero en el enfoque “pequeño y bajo”, sugiere que podría tener razón.
SpaceX (propiedad de Elon Musk) ya tiene contratos con millones de clientes particulares y ha firmado acuerdos con aerolíneas, operadores de telefonía móvil y la agencia estadounidense de satélites espía, entre otros.
SpaceX es de propiedad privada, por lo que no se cuenta con muchas cifras concretas. Pero la empresa de analistas Quilty Space predice que Starlink aumentará de los 4.6 millones de suscriptores que tenía el año pasado a 7.6 millones a finales de 2025, mucho más que cualquier otro servicio de banda ancha por satélite. Estas cifras podrían generar ingresos de US$ 12,300 millones, en comparación con los US$ 6,600 millones de 2024.
Por muy jugoso que parezca el mercado, Amazon arranca muy rezagada con respecto a Starlink, que ya tiene más de 7,000 satélites en órbita. Una de las mayores ventajas de SpaceX es que puede lanzar sus satélites con sus propios cohetes, que son, por mucho, los más baratos del sector.
Amazon decidió utilizar otros operadores en general, lo que resulta más caro. En 2022, la empresa firmó el mayor contrato en la historia de la industria de los lanzamientos. Les compró 83 lanzamientos a ULA, Arianespace y Blue Origin, una empresa de cohetes propiedad de Jeff Bezos, fundador de Amazon. (Tras una demanda de los accionistas en 2023, Amazon también le compró a regañadientes tres lanzamientos a SpaceX).
Caleb Henry, de Quilty Space, cree que los elevados costos de lanzamiento podrían aumentar el costo total de Kuiper a unos US$ 20,000 millones.
No obstante, Amazon también tiene ventajas. SpaceX está integrada verticalmente en el sentido de que fabrica sus propios cohetes. Amazon está integrada en la otra dirección, ya que opera sus propios negocios de Internet.
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Conectar a quienes no están conectados debería brindarle más clientes al sitio de comercio electrónico de Amazon. Los analistas especulan que Amazon podría incluir una conexión Kuiper con su servicio de suscripción Prime, que ofrece entrega gratuita de paquetes y acceso a televisión, películas y música. Tan solo en Estados Unidos, cuenta con 180 millones de miembros.
La empresa indicó que planea integrar a Kuiper con Amazon Web Services (AWS), su división de computación en la nube. Los centros de datos de AWS pueden ser ubicaciones listas para las estaciones terrestres de Kuiper, lo que debería ayudar a la empresa a desplegar infraestructura con rapidez.
Kuiper señaló que ofrecerá un servicio de conectividad privada para los clientes de AWS preocupados por la seguridad, que podrán utilizar la empresa para asegurarse de que los datos que pasan por los servidores de Amazon nunca viajen por la Internet pública.
Kuiper quizá identificó una oportunidad surgida de las inquietudes de los clientes extranjeros con respecto a SpaceX y la cercanía de su jefe con el gobierno de Trump. En marzo, el gobierno de Ontario canceló un contrato de 100 millones de dólares canadienses (US$ 70 millones) con Starlink en represalia por la decisión de Trump de imponerle aranceles a Canadá.
Debido a que se ha cuestionado el compromiso de Estados Unidos con sus aliados, Italia tiene dudas sobre un contrato previsto de 1,500 millones de euros (US$ 1,700 millones) para que Starlink proporcione comunicaciones gubernamentales seguras. La preocupación es que, bajo el mandato de Trump, la marca de Estados Unidos en general se vea empañada. Los jefes de Kuiper estarán observando con consternación.