Roque Benavides sobre Buenaventura: “Argentina es una opción en nuevas exploraciones”

En diálogo con G de Gestión, Benavides detalla que, como parte de su estrategia actual, están próximos a realizar una emisión de bonos por cerca de US$ 500 millones (en reemplazo de una emisión anterior) que le permitirá tener los recursos para financiar proyectos clave. Entre ellos, San Gabriel (oro), que estará listo entre julio y agosto de este año, y la exploración de Trapiche (cobre) en Apurímac, que se proyecta completar en cuatro o cinco años. “Y luego vendrán otros proyectos”, agrega.

Además, parte de los recursos se destinarán a El Algarrobo, el proyecto en Piura adjudicado a la empresa en diciembre del 2024. Según ProInversión, la concesión se otorgó por un total de US$ 2,753 millones, desglosados en US$ 759 millones como inversión inicial y US$ 1,994 millones en gastos operativos durante los primeros diez años. Este proyecto, enfocado en la extracción de cobre, zinc y plata, prevé una producción inicial de 5,000 toneladas diarias, con capacidad de expansión hasta 15,000 toneladas.

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Expansión

El empresario responde que, por ejemplo, para el proyecto Trapiche, valorizado en más de US$ 2,000 millones, está considerando una asociación (joint venture). “Nosotros no tenemos [el dinero], pero tenemos el yacimiento, hemos desarrollado reservas y podemos convocar a inversionistas que contribuyan. Un poco como en los inicios de Buenaventura”.

Cabe indicar que la compañía ya mantiene asociaciones estratégicas, como con Freeport-McMoRan por Cerro Verde, donde tiene una participación del 19.5%. En su momento también tuvo una alianza con Newmont por la mina La Zanja y Yanacocha. Actualmente tiene una participación de casi 62% en el proyecto El Brocal (comenzaron con 12%).

“Estamos alertas [a nuevas oportunidades]. No descartamos proyectos en el extranjero ni seguir trabajando en proyectos de exploración en el Perú”, señala Benavides. Aunque prefieren enfocar sus esfuerzos en la región, no descartan expandirse fuera del continente. “En su momento estuvimos en España, en el Pozo Asturiano, donde identificamos reservas interesantes, pero no avanzamos por temas medioambientales”, recuerda.

Sin embargo, recientemente fue invitado a Mendoza, Argentina, para participar en una conferencia minera, viaje que aprovechó para convocar a su gerente de desarrollo de negocios e identificar posibles proyectos en promoción. “Fue un viaje preliminar, si cabe el término. Pero Argentina es una alternativa”, responde al ser consultado sobre los países que tienen en la mira.

“Mendoza, con la actual ministra de Minas, se ha dado cuenta que la provincia de San Juan, ubicada al norte, se ha convertido en una zona rica porque tuvo un objetivo claro que era el desarrollo minero. En su momento viajé mucho a San Juan y cada vez que iba me preguntaban cuándo invertiríamos allí. Pero Mendoza también ha tomado nota de su cercanía con El Teniente, el yacimiento subterráneo de cobre más grande del mundo, en Chile. Si uno analiza la geología, es lógico pensar que en esta cordillera hay minerales. Por lógica elemental, y no solo eso, lo hemos demostrado”, explica.

¿Cómo? Benavides destaca que Yumpag, por ejemplo, fue descubierto tras explorar más allá de la línea de cumbre de Uchucchacua. “La geología es fascinante, y todavía tenemos mucho que aprender de ella”, señala.

A lo largo de sus 72 años de historia, Buenaventura ha explorado oportunidades en Ecuador, Venezuela, Colombia, Chile, Bolivia e incluso Brasil, aunque hasta ahora no ha concretado ninguna operación en estos países.

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Futuro de la empresa minera

Uno de los temas que más lee y analiza Roque Benavides es la tecnología, especialmente su impacto en el consumo de minerales. Un ejemplo claro, dice, es la fabricación de vehículos eléctricos. “Cada auto eléctrico requerirá cuatro veces más cobre que un vehículo a combustión. Si se cumplen los objetivos para el 2030, no habrá suficiente cobre para cubrir la demanda”, advierte.

¿Significa esto que Buenaventura migrará de los metales preciosos hacia el cobre? “Es un hecho. Hoy dependemos más del cobre que del oro”, responde.

En esta transición, sus operaciones también se han vuelto más tecnológicas. “Si nos comparamos con un Quellaveco, supongo que estamos en un 60% o 70%, pero es una estimación. Lo cierto es que operamos minas de medianas a grandes en el caso directo. En Cerro Verde, donde tenemos participación, se aplica tecnología de punta. De hecho, Cerro Verde es la planta concentradora más grande del mundo, con una capacidad de procesamiento superior a las 360.000 toneladas de mineral por día”.

Para Benavides, la percepción de la minería como una industria primaria y transformadora ha quedado atrás. “Hoy utilizamos tecnologías avanzadas en exploración, operación y metalurgia”, concluye.

*La entrevista completa se publicará este sábado 1 de febrero en G de Gestión

Datos

• Compañía de Minas Buenaventura también cuenta con otros negocios conexos a su actividad minera. Por ejemplo, en el 2013 inauguró su planta química de Río Seco, que está integrada a Uchucchaco para procesar sus concentrados, entre los cuales, se produce como subproducto el sulfato de manganeso que se usa en agricultura. También tiene una hidroeléctrica en Huanza.
• De acuerdo a reportes especializados, Argentina podría convertirse en el quinto productor a nivel mundial en el futuro, sobre todo, por las inversiones que desembarcan en la región de San Juan.

SOBRE EL AUTOR

Ani Lu Torres

Coordinadora en la revista G de Gestión e integrante del podcast de economía y negocios 'Actualidad Latinoamericana'. Escribo sobre management, agricultura, tecnología y emprendimientos. Bachiller en Periodismo por la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Activa participante de los cursos del Centro Knight para el Periodismo en las Américas.