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Hoy lo más común es que las personas revisen los saldos de sus cuentas bancarias desde el celular. Sin embargo, en los 80 los peruanos empleaban un documento llamado libreta de ahorros.
En esa época, las operaciones financieras debían efectuarse, por regla general, desde la agencia bancaria, lo que no solo exigía un gasto en transporte, sino un costo de oportunidad por parte de los usuarios por el tiempo de espera.
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“Recuerdo que en los 80 algunos bancos te abrían la cuenta, pero decían que se activaba al día siguiente (dos días en total), no eran procesos inmediatos”, refiere Yang Chang, catedrático de la Universidad de Piura. En contraste, la activación de una cuenta digital puede demandar hoy solo dos minutos, una significativa brecha que hoy los centennials peruanos ignoran.
La libreta de ahorros a la que pudimos acceder, emitida por un conocido banco que aún opera en el país, fue usada entre agosto de 1989 y su última operación es de mayo de 1993. Su tamaño es similar al de un pasaporte y en él se iban anotando todos los movimientos que el usuario ejecutaba junto con el saldo correspondiente.
ATM y tarjetas
El primer cajero automático llegó al Perú a inicios de la década de los ochenta, se llamaba Ramón y fue traído por el Banco Continental. Pero fue solo una década después, con la estabilización económica y tras superarse la hiperinflación del primer gobierno de Alan García, que se masificó el uso de los ATM junto con el de las tarjetas bancarias.
Posteriormente, con la llegada del Internet y su democratización se hizo cada vez más usual, sobre todo desde el 2005, que los peruanos realizaran operaciones bancarias vía web. “Al principio eran solo consultas, luego ya podías hacer transferencias dentro de tu propio banco y después ya fueron las operaciones interbancarias”, comentó Chang.
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El quiebre de la pandemia
Pero el 2020 fue un real punto de inflexión en la digitalización de las operaciones bancarias. “Lo que gatilló el crecimiento de todo lo digital fue la pandemia. Hizo que desarrolláramos en un año lo que tocaba en cinco. En los servicios financieros, esto se notó muy claramente porque necesitábamos transar vía remota (por las medidas sanitarias). Entonces, en el caso de los ahorros, fue en ese momento que se aceleraron todas las iniciativas de cuentas digitales”, sostuvo Ljubica Vodanovic, socia de Vodanovic.
Las cuentas digitales permiten al usuario administrar sus excedentes, incluso desde sus celulares, sin tener que trasladarse a una agencia bancaria. Y desde estas cuentas también se puede ahora pagar cada vez en más comercios.
“(Con la digitalización) las personas pueden disponer de más tiempo, por ejemplo, para sus trabajos, sin tener que destinar horas de viaje (al banco). Además, se reduce el costo operacional porque, mientras más nos movilicemos con dinero, implica más riesgo. Entonces, mejora la experiencia del cliente”, enfatizó Vodanovic.
Tanto Chang como Vodanovic coincidieron en que la digitalización, desde el lado de las entidades financieras, representa un menor costo operacional. Sin embargo, como contraparte, esta innovación demanda una mayor inversión en seguridad contra la creciente amenaza de los ataques cibernéticos.
Además, han entrado a competir las fintech y los neobancos, entidades financieras sin establecimientos físicos. Todo el proceso de apertura y la administración de las cuentas es online.
“A futuro, vamos a empezar a ver más las billeteras digitales no solo para transferir y ahorrar, sino también para poder invertir desde ellas en fondos mutuos o fondos de inversión”, adelantó Vodanovic.
La brecha aún es grande. El 36% de las personas en el país no tiene productos de ahorro porque no les alcanza su dinero, sus ingresos son insuficientes o son variables, según un reciente estudio de Ipsos.
En ese mismo informe, el 63% de los encuestados afirmó que las billeteras móviles y las app de entidades financieras son útiles, mientras que el 48% las considera muy útiles.
Con todo, la tendencia parece ser ineludible: la digitalización y el abandono progresivo del papel, como el que servía para fabricar las libretas de ahorro.
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Transformación digital en la banca
Los bancos tradicionales han optado por aliarse con fintech (emprendimientos que ofrecen servicios financieros online) para acelerar su transformación digital. Por ejemplo, en el 2021 se estableció una alianza para la creación cuentas en Interbank desde la aplicación Kambista. Y en el 2023 Citi anunció una inversión en la casa de cambio Rextie.
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Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.
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