
La primera caja municipal en el país, Caja Piura, se fundó en 1982 con un capital de US$ 82,000 aportados por el municipio de esa ciudad.
Algunos años después, en 1985, se firma un convenio en el que participaron la agencia de cooperación GTZ de Alemania, la Municipalidad Provincial de Piura, la Federación Alemana de Cajas de Ahorro, la Consultora de Proyectos Interdisciplinarios (IPC) de ese mismo país y la SBS, ¿qué se logró?
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El objetivo del acuerdo era replicar el modelo germano en nuestro país, adoptando buenas prácticas de gestión y buscando descentralizar el sistema financiero y la democratización del crédito.
El caso de Caja Piura fue un piloto que luego se llevó, a través de Fepcmac (Federación de cajas, que se fundó en 1986) a las otras cajas municipales.
En el marco del acuerdo con la GTZ se crean, por ejemplo, las gerencias mancomunadas, es decir, en las cajas existen tres gerentes: el de créditos, el de negocios, y el de finanzas y administración. No dirige un único gerente general como en el común de las empresas.
Otro aporte de la cooperación alemana fue la composición del directorio, con representantes de la mayoría del Concejo Municipal (2), la minoría del Concejo Municipal (1), Cofide (1), la Cámara de Comercio (1), el clero (1) y las mypes (1).
En 1992, se promulgó la ley del sistema financiero peruano, la ley 26702, que estableció que las cajas inician sus operaciones por “módulos” o escalones aún vigentes.

Así, en el primer año de operación las cajas solo pueden entregar créditos pignoraticios (con garantía en joyas u otros bienes). En el segundo año se les permite captar ahorros, y en el tercero recién pueden otorgar financiamiento a mypes. Por ello, en los primeros años de funcionamiento no se requieren tantos recursos o fondeo.
En la referida ley, además, se dictamina que, a partir del tercer año de funcionamiento, las cajas que mantengan activos superiores a las 75,000 UIT (S/ 401.3 millones) podrán realizar de manera directa y sin autorización previa de la SBS operaciones como recibir depósitos y emitir tarjetas de débito.
“Esa norma sirvió como candado para que no se puedan abrir más cajas. Todos los municipios querían hacerlo, pero ya se limitó”, sostuvo Walter Rojas, gerente central de negocios de Caja Cusco.
Por ello, la mayor cantidad de cajas municipales se fundaron hacia finales de los 80, agregó.
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Crecimiento
Un siguiente punto de inflexión fue a inicios de los 2000, cuando las cajas municipales pidieron a la SBS (con Juan José Marthans en la jefatura de la institución) autorización para operar en Lima. El objetivo era captar mayores depósitos para expandir los créditos en regiones, y así se les permitió.
Con ese empuje, a partir del 2005 y hasta el 2019 se dio la etapa de mayor crecimiento de las cajas ediles.
“Uno de los puntos clave era que ya podíamos conseguir dinero más barato en Lima”, destacó Rojas.
Además, se dio una coyuntura en la que las mypes comenzaron a ganar dinamismo, por lo que demandaron más financiamiento.
Pero el cambio de siglo también trajo consigo la entrada de nuevos competidores como Mibanco. En consecuencia, aumentó la presión sobre los márgenes de ganancias en el sector de las microfinanzas, donde también participan las cajas rurales y las financieras.
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Pandemia
Con la pandemia del coronavirus, las cajas sufrieron un duro golpe, pues sus principales clientes, los pequeños negocios, frenaron su actividad.
Uno de los factores que dejó en desventaja a las cajas es que no tenían avanzados, a diferencia de los bancos, sus canales digitales. Es decir, dependían fuertemente de la presencialidad para sus operaciones.

“Hay un tema de economías de escala. Las espaldas de los bancos son mucho más grandes, (por eso) el desarrollo tecnológico de ellos ha sido pionero”, afirmó José Luis Alegría, presidente del directorio de Caja Maynas.
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Las siete plagas
Tras la emergencia sanitaria se sucedieron adversidades que afectaron a esas instituciones.
La elección de Pedro Castillo en el 2021 generó inestabilidad política e incertidumbre en el ámbito empresarial.
Entre fines del 2022 e inicios del 2023, con la entrada en la presidencia de Dina Boluarte, se dio un periodo de convulsión social que también deterioró la actividad económica.
A ello se agregaron fenómenos climatológicos como el ciclón Yacu en el 2023, con fuertes precipitaciones en la costa y sierra norte. Ese año inició una desaceleración del PBI que llevó a una recesión.
En julio del 2024, la SBS intervino a Caja Sullana, y su cartera fue adquirida por Caja Piura. Lo mismo sucedió con Credinka meses después, y en esta oportunidad la compró Caja Arequipa. En ambos casos, la actuación del supervisor fue a consecuencia de problemas de solvencia.
Estos hechos se tradujeron en un deterioro de la calidad de la cartera de las cajas ediles, pero que comienza a mostrar señales de recuperación desde fines del año pasado.
Hoy existen 10 cajas municipales u 11 si se considera a la Caja Municipal de Crédito Popular Lima.
Hacia adelante, no solo están encarando problemas como la inseguridad ciudadana, pues afecta particularmente a los pequeños comerciantes, sino la amenaza de un proyecto de ley del Congreso que pretende modificar la forma en la que eligen a sus directores.
Desafíos
Entre fines del 2024 e inicios del 2025 se observa una mejora en los estados financieros de las cajas. Sin embargo, quedan retos pendientes como el fortalecimiento patrimonial, a través de la incorporación de socios estratégicos, por ejemplo, o la digitalización y la implementación de inteligencia artificial para poder ganar eficiencia en un entorno cada vez más competitivo.

Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.