Aruba, la isla feliz. (Foto: Brand Aruba)
Aruba, la isla feliz. (Foto: Brand Aruba)

Aruba, e isla felis, ta duna honor na su nomber (Aruba, la isla feliz, hace honor a su nombre). La isla no “vende” playas, ofrece una promesa de felicidad bajo un sol perpetuo y, así, sostiene su pequeña, pero robusta economía. Demuestra que el tamaño no limita la prosperidad, especialmente si se cuenta con el Caribe como telón de fondo y detrás del brillo de los hoteles de lujo en Palm Beach existe una infraestructura financiera cuidadosamente tejida donde el turismo no es solo una actividad, sino la base de un alto PBI per cápita, un pilar que el país protege con la misma ferocidad con la que el mar rompe contra sus puentes naturales.

TE PUEDE INTERESAR

Teresa Mera Gómez es la nueva ministra de Comercio Exterior y Turismo: Este es su perfil
Trump amenaza con reubicar sede del Mundial 2026 con apoyo de la FIFA
Machu Picchu sitiado: cuando la corrupción toma el control del santuario

Estimado(a) lector(a)

En Gestión, valoramos profundamente la labor periodística que realizamos para mantenerlos informados. Por ello, les recordamos que no está permitido, reproducir, comercializar, distribuir, copiar total o parcialmente los contenidos que publicamos en nuestra web, sin autorizacion previa y expresa de Empresa Editora El Comercio S.A.

En su lugar, los invitamos a compartir el enlace de nuestras publicaciones, para que más personas puedan acceder a información veraz y de calidad directamente desde nuestra fuente oficial.

Asimismo, pueden suscribirse y disfrutar de todo el contenido exclusivo que elaboramos para Uds.

Gracias por ayudarnos a proteger y valorar este esfuerzo.