
En vísperas de una posible renovación del poder aéreo en Perú, con la adquisición de 24 aviones de combate para la Fuerza Área del Perú (FAP), se ha vuelto a poner sobre la mesa algunas preguntas que rara vez se discute fuera del ámbito castrense: ¿Con qué equipo militar cuenta realmente el país? ¿Qué tenemos hoy volando o patrullando nuestras costas? ¿Qué se está comprando, y qué tienen nuestros vecinos que nosotros ni soñamos con tener por ahora?
Revisamos el inventario actual de las Fuerzas Armadas, las adquisiciones ya aprobadas o en camino, y también las brechas tecnológicas que siguen marcando una distancia con países como Brasil, Chile o Colombia.
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¿Una flota aérea que resiste el paso del tiempo?
Gran parte del poder aéreo del Perú reposa sobre aviones con décadas de antigüedad. Los Mirage 2000 de origen francés y los MiG-29 rusos, que fueron adquiridos en los años 80 y 90, aún forman el núcleo de los escuadrones de combate, aunque algunos han sido parcialmente modernizados.
Aviones de combate:
- Mirage 2000P/DP (Francia): El Perú cuenta con 12 unidades operativas. Incorporados en 1985, cumplen funciones de intercepción y superioridad aérea. La línea logística está limitada debido al cierre de la cadena de suministros en Francia.
- MiG-29SMP/UB (Rusia): Alrededor de 19 unidades (algunas en almacenamiento). Modernizados parcialmente en el periodo 2008-2012. Cumplen funciones de combate aire-aire y ataque.
- Sukhoi Su-25: Aviones de ataque a tierra. En número limitado (menos de 10 operativos), utilizados principalmente para apoyo cercano en operaciones contrainsurgentes.
“De sus 12 Mirage 2000, apenas vuelan tres pero sus misiles están vencidos y no sirven. En cuanto a los 18 MiG-29, se modernizaron unos 6 pero todos ya no vuelan desde el 2019. De 18 Sujoi 25, vuelan unos 6, con la meta de modernizar 8-10 a cargo del SEMAN, algo que avanza lentamente”, dice Lewis Mejía, periodista especializado en temas de defensa.

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Aviones de transporte:
- Lockheed C-130 Hercules / L-100-20: Usados para transporte de carga y ayuda humanitaria.
- C-27J Spartan (Italia): 4 unidades operativas. Aviones medianos de transporte táctico.
Aviones de entrenamiento:
- KT-1P (Corea del Sur): 20 unidades coensambladas en el Perú. Para entrenamiento básico y patrullaje.
- Aermacchi MB-339: Para entrenamiento avanzado.
Helicópteros:
- Mi-17: Modelo ruso de uso multifunción. Hoy el Perú cuenta con más de 40 unidades operativas.
- Bell 212 y 412: Helicópteros ligeros para transporte y evacuación.
Drones:
- Drones ligeros (reconocimiento): Se emplean drones de corto alcance para vigilancia fronteriza y zonas de emergencia, sin estandarización oficial.
- Proyecto con Corea del Sur: Desarrollo conjunto de drones tácticos medianos con mayor autonomía y capacidad de vigilancia.
Muchos de estos medios de transporte son mostrados durante el Desfile Militar.
“Lo que se tenía, de la era soviética, ya no funciona. Ninguna base aérea se puede defender de un ataque, así de claro. Solo hay unos cuantos misiles y cañones de corto alcance, igual que en el Ejército. Los pocos radares estadounidenses disponibles, degradados, no permiten el control del espacio aéreo. Por eso las avionetas del narcotráfico entran sin ser vistas desde Bolivia y Brasil”, alerta Mejía.
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En el mar: patrulleras con sello peruano
La Marina de Guerra del Perú mantiene operativas seis fragatas Lupo, construidas en los años 70 y 80, así como seis submarinos tipo 209, de los cuales cuatro siguen en servicio. A esto se suman los buques logísticos tipo BAL y BAP, algunos construidos en los astilleros de SIMA.
Y en cuanto al control del litoral, desde bases como Chimbote, operan guardacostas y patrulleras rápidas, como las PGCP-50M, construidas también en el país desde 2017.
Fragatas:
- Clase Lupo (Italia): Perú cuenta con 6 unidades operativas, incorporadas en los 80s y 90s. Diseñadas para guerra antisuperficie, antiaérea y antisubmarina. En fase final de vida útil.
Submarinos:
- Tipo 209/1100 y 209/1200 (Alemania): 6 unidades, de las cuales 4 están operativas. Construidos entre 1974 y 1983. En proceso de modernización integral en los astilleros de SIMA.
“La Fuerza de Superficie está muy degradada y es imposible de modernizar lo que se tiene por ser tan antiguo. De las ocho que tuvo, hoy navegan (con limitada capacidad de combate) dos a tres fragatas misileras italianas tipo Lupo (fabricadas entre 1970 y 1980). De sus 6 corbetas misileras francesas, navegan 3, igualmente anticuadas. Desde finales de 1990 carece de destructores misileros o antisubmarinos. Le faltan buques de desembarco, de los 4, fabricados en 1945, solo funciona uno″, explica Lewis Mejía.

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Buques logísticos y de desembarco:
- BAP Pisco y BAP Callao (Clase BAL): Para transporte de personal, vehículos y ayuda humanitaria.
- Buques de desembarco tipo BAP Eten (Clase BDL): Para operaciones anfibias menores.
Patrulleras y guardacostas:
- Clase PGCP-50M: 4 unidades construidas en SIMA desde 2017. Operan en el litoral para vigilancia pesquera y control fronterizo.
- Guardacostas clase Rio Pativilca y similares: Lanchas rápidas para interdicción marítima, con base en puertos como Chimbote y Paita.
Nuevas adquisiciones:
- CB90 (Suecia): Embarcación rápida de operaciones fluviales ensamblada por primera vez en el Perú en 2025.
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Ejército con retos de renovación tecnológica
Aunque el foco público suele estar en aviones y buques, el Ejército del Perú también enfrenta retos de renovación tecnológica. Su flota de vehículos blindados es variada, pero mayoritariamente antigua.
Blindados principales:
- TAM (Tanque Argentino Mediano) y AMX-13 franceses, ambos con décadas de uso.
- M-113 (transporte de personal), aún operativos, aunque obsoletos frente a modelos actuales.
- LAV II y LAV III (de origen canadiense), con mejores niveles de movilidad y blindaje.
Artillería:
- Se emplean obuses M101, M114 y lanzacohetes RM-70 (modelo checo-soviético).
- El Perú no cuenta con artillería autopropulsada moderna ni sistemas tipo HIMARS, como los que ya opera Brasil.
Drones y vigilancia terrestre:
- El Ejército ha comenzado a usar drones ligeros para reconocimiento en zonas de emergencia o vigilancia de fronteras, pero carece de un sistema estandarizado o integrado de drones tácticos o de ataque.
- Desde 2022, ha habido esfuerzos para capacitar a operadores e integrar drones a nivel de batallones, pero sin un modelo oficial adoptado como dotación permanente.

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Movilidad y helicópteros (en coordinación con la FAP):
- El Ejército depende de la FAP para transporte aéreo y evacuación, salvo en casos de operaciones específicas en la Amazonía.
- En el VRAEM, operan con helicópteros Mi-17 y Bell 212/412, aunque su disponibilidad operativa varía.
Capacidades antiaéreas:
- El Perú no tiene sistemas modernos de defensa aérea terrestre. Se conservan lanzadores portátiles tipo Strela y Igla, con capacidad limitada y sin radar de seguimiento integrado.
“El Ejército del Perú enfrenta un serio rezago en sus capacidades terrestres. Sus tanques T-55 y caza-tanques AMX-13, de los años 60 y 70, están obsoletos, al igual que sus vehículos blindados y exploradores. Su artillería, en gran parte de la década de 1950-60, también requiere reemplazo, y los lanzacohetes chinos adquiridos recientemente resultaron ineficientes. En aviación, apenas vuelan dos de sus 30 helicópteros Mi-171 por falta de repuestos, y carece de aeronaves de instrucción y transporte. La defensa aérea está desmantelada: no tiene radares ni misiles modernos, lo que lo deja vulnerable. Aunque se han incorporado fusiles SCAR y ARAD-7 para algunas unidades, la mayoría aún usa FAL antiguos, lo que genera problemas logísticos. Finalmente, sus sistemas de comunicación y guerra electrónica necesitan una modernización total“, dijo el especialista.
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Lo que viene, lo que no tenemos y sí tienen otros
El anuncio más mediático es, sin duda, la compra de 24 cazas de combate, para lo cual ya se ha asignado una partida inicial de S/ 7,580 millones en el presupuesto 2025. Entre las opciones en evaluación están el Gripen E (Suecia), el F-16 (EE.UU.) y el Rafale (Francia).
La Fuerza Aérea ha prometido anunciar la selección final el 31 de julio, aunque el proceso avanza con más cautela según el gobierno.
En otro frente, la Marina ensambló en junio la primera embarcación rápida CB90, de origen sueco, destinada a operaciones ribereñas y fluviales. El trabajo se hizo en los astilleros de SIMA, en cooperación con Saab Docksta, y representa un hito para las capacidades de respuesta rápida de la fuerza naval.
“En aviación naval carecemos de helicópteros ligeros de enlace/entrenamiento. Y de un par de aviones de transporte táctico, que reemplacen el único Antonov que le queda. Tiene dos 2 aviones de corta exploración marítima semimodernos (B-200 King Air), pero le faltan aviones de exploración marítima de largo alcance. Hace unos meses modernizó uno de sus viejos Fokker para dedicarlo a esas tareas, pero desde que volvió de ese proceso en Argentina no se sabe más”, explicó Mejía.
En el frente aéreo no tripulado, se está desarrollando -junto a Corea del Sur- un modelo de drone táctico mediano, con mayor autonomía y capacidad de vigilancia. Una apuesta incipiente, pero prometedora, según informa la FAP.
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Donde sí hay una brecha evidente es en lo que otros países ya han incorporado y nosotros aún no.
Brasil, por ejemplo, ya vuela el Gripen E, un caza de generación 4.5 que combina capacidad de combate, aviónica moderna y radar AESA. Chile opera F-16 modernizados. Colombia, por su parte, ha invertido en drones de vigilancia Hermes 900 y se encuentra en negociaciones para adquirir aviones de combate suecos, precisamente los que opera Brasil y que quieren formar parte de la artillería peruana.
“La compra del nuevo avión de combate, donde compiten el Gripen, el F-16 y el Rafale, definitivamente es una buena noticia para fortalecer las capacidades de defensa aérea”, dice Mejía.
En el campo terrestre, carecemos de artillería moderna, tanques pesados de última generación y sistemas integrados de defensa terrestre, elementos que ya forman parte de las fuerzas terrestres de varios países de la región.

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A pesar de contar con una Marina profesional y en proceso de renovación —como la modernización de submarinos clase 209 y la construcción local de patrulleras—, el Perú mantiene importantes brechas en defensa marítima frente a países como Chile, Brasil, Colombia o Argentina.
Entre las principales carencias destaca la falta de fragatas modernas multipropósito, ya que el país aún opera unidades tipo Lupo de las décadas de 1970 y 1980. Tampoco dispone de sistemas avanzados de defensa aérea naval de largo alcance ni de plataformas de detección antisubmarina embarcadas, como helicópteros especializados, que sí tienen marinas vecinas.
Otro déficit relevante está en la vigilancia del dominio marítimo. Mientras otros países avanzan en el uso de drones navales y monitoreo satelital para controlar la pesca ilegal o patrullar zonas oceánicas, el Perú tiene una cobertura limitada. Además, carece de buques logísticos o de proyección de fuerza como el Sargento Aldea chileno, que permite operaciones de ayuda humanitaria o despliegues militares en el extranjero. Estas limitaciones reducen la capacidad del país para ejercer presencia efectiva y sostenida en su extenso mar territorial.
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La apuesta parece ser una renovación gradual pero localizada. El Perú no busca aún convertirse en un actor militar de peso regional, pero sí busca recuperar capacidades perdidas y modernizar unidades clave, especialmente en vigilancia, combate aéreo, defensa costera y control fluvial.
El problema, como casi siempre, es el presupuesto y la continuidad política. Muchas de estas adquisiciones son proyectos que tomarán años en completarse, y que requieren decisiones técnicas más que gestos simbólicos.

Escribo sobre política, economía y afines. Periodista con nueve años de experiencia en prensa escrita, radio y televisión.