
En los últimos años, la movilidad ejecutiva en el Perú ha experimentado cambios, y las empresas están reconfigurando sus flotas para directores y altos ejecutivos. Con ello, las preferencias se han desplazado hacia modelos que combinan distintos factores: nuevas exigencias corporativas, criterios de sostenibilidad y un mercado automotor que privilegia la versatilidad.
Jaime Pinillos, gerente general de Arval Perú, explica que el perfil del usuario corporativo evolucionó al mismo ritmo que el mercado. “Hace cinco años la tendencia era otra definitivamente. Solían solicitar grandes sedanes de lujo tradicional… La tendencia actual ha evolucionado y ahora solicitan SUV premium con fuerte enfoque en confort y seguridad", afirma en conversación con Gestión.
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Esa sensación es compartida por Hermann Baumann, gerente general de Eurorenting, quien resume el giro de forma contundente. “Hace unos años, el ejecutivo típico seguía optando por sedanes grandes. Hoy la tendencia cambió claramente hacia las SUVs medianas y grandes que ofrecen mejor posición de manejo, más seguridad y mayor versatilidad”, indica para este medio.
Ambas compañías coinciden en que el SUV se consolidó como el vehículo ejecutivo por excelencia en el país, impulsado también por el liderazgo absoluto de este segmento en la venta de autos livianos del mercado peruano.
¿Qué marcas y modelos encabezan la demanda ejecutiva?
La demanda corporativa tiende a concentrarse en un puñado de marcas premium, aunque cada empresa tiene particularidades según el tamaño de su operación y el perfil de sus directivos.
Pinillos detalla que los contratos ejecutivos de Arval se inclinan principalmente por BMW, Audi, Mercedes-Benz, Volvo y Land Rover.
Baumann, por su parte, traza una radiografía más específica del leasing operativo ejecutivo:
- Para desplazamientos urbanos y citadinos: Audi Q3, Q5 y Q7; Volvo XC60 y XC90; BMW X1, X3 y X5; y Mercedes-Benz GLA y GLC.
- Para ejecutivos que viajan fuera de Lima o trabajan en provincias (minería, agroindustria, energía): Toyota 4Runner, Land Cruiser Prado y Fortuner.
Incluso, señala que en casos puntuales algunos altos cargos solicitan marcas como Porsche o Range Rover.
“En resumen, la tendencia es consistente: SUVs con altos estándares de seguridad, comodidad, equipamiento y performance”, afirma Baumann.
La electrificación se instala en la agenda ejecutiva
Si bien la combustión tradicional sigue siendo mayoritaria, se reporta un un avance firme hacia tecnologías electrificadas.
La oferta de modelos híbridos se ha ampliado y, dentro de ellos, los híbridos enchufables destacan por su capacidad de operar de manera totalmente eléctrica en la ciudad sin sacrificar autonomía para viajes largos. Para Pinillos, esta evolución confirma que la transición ya está en marcha.
“La solicitud de modelos híbridos premium está en una fase real de aceleración”, añade.
En el caso de Eurorenting, el cambio es más cuantificable. “Hoy alrededor del 60% de las SUVs que entregamos a altos ejecutivos son modelos electrificados, incluyendo híbridos, híbridos enchufables y mild hybrid”, señala Baumann.
Además, la seguridad y confort, tanto como la conectividad y experiencia digital fluida se han convertido en los atributos más valorados por los directores y gerentes.
Esto responde a una combinación de exigencias personales y de coherencia con la imagen corporativa, especialmente cuando las empresas ya adoptaron metas formales de sostenibilidad.

¿Por qué renting y no compra?
Las razones financieras también explican por qué el renting vehicular se convirtió en la fórmula dominante en flotas ejecutivas. Baumann detalla los principales factores:
- No inmovilizar capital en activos no estratégicos, preservando líneas de crédito para proyectos del core del negocio.
- Proteger el flujo de caja, reemplazando una inversión elevada por cuotas predecibles.
- Gestión del riesgo, ya que depreciación y obsolescencia recaen en el arrendador.
- Simplicidad operativa, porque la tarifa incluye mantenimiento, seguros, telemática y servicios asociados.
En paralelo, la oferta electrificada ha modificado los precios. “Algunas tarifas se han incrementado entre 15% y 25%, dependiendo de la marca y el modelo”, precisa, debido al mayor costo de adquisición de estos vehículos.
¿Cómo será el vehículo típico de un CEO en 2026 o 2027?
Las respuestas de ambas empresas coinciden: el auto ejecutivo del corto plazo seguirá siendo un SUV premium híbrido, con amplio equipamiento, alta conectividad, seguridad reforzada y un enfoque explícito en sostenibilidad corporativa.
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“El vehículo típico será un SUV híbrido, bien equipado, conectado y que le brinde seguridad”, sintetiza Baumman.
Pinillos, en tanto, coincide en que la migración hacia tecnologías híbridas —HEV, PHEV y MHEV— no solo es real, sino creciente.
En un mercado donde la movilidad ejecutiva se ha convertido en un reflejo de estrategia empresarial, las flotas para CEOs ya no se definen por la potencia del motor, sino por su capacidad de alinear imagen, eficiencia y sostenibilidad.
Características que definen al SUV ejecutivo de hoy
Además del cambio hacia tecnologías electrificadas, los ejecutivos están priorizando cada vez más la experiencia a bordo. Hermann Baumann señala que el segmento de SUVs premium se ha sofisticado en tres atributos: seguridad, confort y experiencia digital.
En seguridad, indica que prácticamente todos los modelos evaluados incorporan paquetes avanzados de asistencias al conductor (ADAS), como frenado autónomo, control crucero adaptativo, asistente de carril, cámaras 360° y sensores perimétricos, elementos que “se han vuelto estándar para este tipo de usuario”.
El confort también ha escalado en exigencia. Destacan características como insonorización mejorada, asientos con memoria y ventilación, suspensión adaptativa y climatización multizona, orientadas a lograr una sensación de manejo suave para el uso urbano cotidiano.
A nivel tecnológico, la tendencia evoluciona hacia sistemas de conectividad más intuitivos, con pantallas de mayor tamaño, integración inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, además de asistentes de voz más precisos, orientados a la interacción natural.
Y dentro de los elementos menos comunes pero con creciente demanda, Baumann identifica el interés en Head-Up Display, iluminación ambiental configurable, modos de manejo personalizables e incluso sistemas de sonido de alta fidelidad. “Son detalles que hoy por hoy buscan los ejecutivos”, afirma.

Crecimiento esperado para 2025–2026
La evolución del producto también responde a un mercado en expansión. Para Baumann, el segmento de SUVs premium mantendrá un crecimiento sostenido en los próximos años, impulsado por la preferencia por SUVs y la migración hacia modelos híbridos. “En EuroRenting, proyectamos un crecimiento, en este segmento de vehículos, cercano al 16% en 2025 y al 12% en 2026”, precisa.
Si se observa el negocio en general, reconoce que 2026 será un año electoral, factor que introduce cierta incertidumbre económica y de inversión. No obstante, estima que el renting seguirá captando demanda por su capacidad de proteger caja y ofrecer costos previsibles.
“Esperamos crecer 10% como mínimo, porque el leasing operativo continúa siendo una solución eficiente y predecible para las empresas”, sostiene.
Por qué más empresas optan por renting
Más allá de la preferencia de los directivos, el renting está ganando espacio en el mercado corporativo por factores económicos, operativos y tributarios. Sin embargo, su penetración sigue siendo baja, con amplio potencial de crecimiento, señala Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos y Estadísticas de la Asociación Automotriz del Perú (AAP).
“Las empresas que contratan este tipo de operaciones no tienen que destinar liquidez para la compra de vehículos”, afirma en conversación con Gestión. Esto les permite concentrar recursos en su actividad principal, añade.
Morisaki subraya que el renting externaliza tareas que antes exigían tiempo y gestión interna: mantenimiento, reparaciones, pago de impuestos, multas, seguros y servicios como la telemetría. Esto se traduce en eficiencia operativa y menor carga administrativa.
Asimismo, destaca la rotación planificada del vehículo: tras cuatro o cinco años, la unidad es renovada y pasa a un mercado de segunda mano en mejores condiciones, dado que ha recibido mantenimiento y reparaciones adecuadas. Esto beneficia a consumidores que no pueden acceder a un auto nuevo.
Desde el punto de vista tributario, recuerda que las cuotas de renting “van contra el impuesto a la renta”, lo que constituye un incentivo adicional para las empresas.
El impacto no es solo corporativo, sino sistémico. Explica que el Perú tiene un parque automotor antiguo, de catorce años de antigüedad. Con ese escenario, el renting incentiva la renovación con vehículos más modernos, eficientes y ecoamigables, lo que con el tiempo se traduce en menos contaminación, menos congestión y menor probabilidad de siniestros.
Tomando en cuenta los modelos citados por los ejecutivos de renting entrevistados en la nota, un SUV premium como el BMW X5 puede estar valorizado en poco más de US$ 92 mil. Es así que, dado que se trata de un segmento premium, el costo de los vehículos también actúa como incentivo. Además, las empresas de renting logran mejores precios por economías de escala, trasladando parte de esos beneficios a sus clientes, destaca Morisaki.

Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con especialidad en Periodismo, por la Universidad Tecnológica del Perú, con más de 12 años de experiencia en medios de comunicación. Actualmente escribo sobre política, economía y actualidad.








