Jordan Stark y Darcy Eikenberg, coaches ejecutivas de líderes experimentados, aseguran que tener éxito después del fracaso de su predecesor exige un enfoque de liderazgo completamente diferente.(Foto: Difusión)
Jordan Stark y Darcy Eikenberg, coaches ejecutivas de líderes experimentados, aseguran que tener éxito después del fracaso de su predecesor exige un enfoque de liderazgo completamente diferente.(Foto: Difusión)

Ser promovido para liderar tras el de su predecesor rara vez se siente como una vuelta triunfal. Un proyecto de investigación longitudinal de 10 años sobre realizado por la consultora Navalent encontró que más del 50% de los ejecutivos que “heredan un desastre” fracasan dentro de los primeros 18 meses en el cargo.

Jordan Stark y Darcy Eikenberg, como coaches ejecutivas de líderes experimentados, han trabajado con muchos jefes que han asumido rápidamente cargos de alto nivel. Tener después del fracaso de su predecesor exige un enfoque de liderazgo completamente diferente.

Ser promovido para liderar tras el fracaso de su predecesor rara vez se siente como una vuelta triunfal. ¿Cuáles son las recomendaciones en estas situaciones?
Ser promovido para liderar tras el fracaso de su predecesor rara vez se siente como una vuelta triunfal. ¿Cuáles son las recomendaciones en estas situaciones?

Prepárese para sorprenderse

Una y otra vez, hemos visto que cuando un líder interno es promovido para reemplazar a un predecesor que ha fracasado, la situación siempre está más deteriorada de lo que se pensaba.

Incluso en el mejor de los casos, liderar en los niveles superiores requiere cierto grado de fortaleza mental y trabajo emocional. Prepararse mentalmente para que el estado del negocio, la cultura y las operaciones sea probablemente peor de lo que ya sabe le ayudará a mantenerse firme a medida que se revela la verdad.

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Acelere la reflexión

Muchas veces, hemos descubierto que las organizaciones en problemas no se han tomado el tiempo para dar un paso atrás y examinar las suposiciones y creencias que generaron los problemas que enfrentan actualmente. Obtener una visión completa de los problemas (y reconocerlos públicamente) puede ayudar a agilizar los planes de acción y avanzar más rápidamente. Pregúntese:

— ¿Qué está roto en el sistema que mi predecesor no pudo arreglar?

— ¿Tenemos un problema de competencias, de comunicación o de control?

No delegue, involúcrese en el equipo de forma activa y escuche sus necesidades.
No delegue, involúcrese en el equipo de forma activa y escuche sus necesidades.
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No delegue, involúcrese

Cuando se enfrenta a un desafío empresarial, comúnmente se que deleguen. Sin embargo, una recuperación exige que los líderes se involucren a fondo, apliquen su experiencia y criterio, y restauren la confianza para que lo que finalmente deleguen esté alineado con la dirección que necesitan tomar.

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Sea honesto al comunicarse

Para retener a sus mejores empleados en medio de esta incertidumbre, deberá reconocer de manera transparente el estado actual del y compartir su visión de un futuro inspirador pero creíble.

— No culpe a su predecesor. Aunque puede resultar tentador expresar frustración por el líder anterior, perderá credibilidad y dañará la confianza con su equipo.

— Utilice el poder del “y”. La palabra “y” nos permite alinear dos ideas que parecen separadas: las cosas son difíciles, y las cosas estarán bien.

— No tema repetir su mensaje. En tiempos difíciles, las personas necesitan escuchar su mensaje principal muchas, muchas veces para creer que es cierto.

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Asegúrese de tener el equipo correcto

Además de fomentar una sólida colaboración en equipo, siempre es fundamental asegurarse de tener a los líderes adecuados en los puestos correctos para participar en conversaciones estratégicas. Si se ha tolerado un rendimiento deficiente, incluso en una sola parte del negocio, la organización no funcionará de la mejor manera.

Sea paciente consigo mismo

Puede ser tentador tratar de abordar todos los problemas evidentes de una sola vez, pero eso simplemente no es posible. Las fallas organizacionales no ocurrieron en un día; tampoco pueden resolverse en un día. El autocuidado es una necesidad para el liderazgo, y debe programarse como parte del plan general, en lugar de tratarse como una ocurrencia tardía.

Al adoptar las prácticas anteriores, con mayor eficacia y lograr que sus organizaciones retomen el rumbo de forma duradera.

*Por: Jordan Stark y Darcy Eikenberg (coaches de líderes)

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