
En un entorno financiero marcado por la incertidumbre —ya sea por tensiones geopolíticas, disrupciones comerciales o ciclos económicos cambiantes—, la prioridad es proteger el patrimonio sin perder de vista las oportunidades de crecimiento.
Cuando la volatilidad sacude los mercados, una cartera diversificada se vuelve esencial. Pero más allá de la diversificación, el verdadero valor emerge cuando cada decisión de inversión responde a una estrategia definida, basada a partir del entendimiento profundo de cada cliente. Este conocimiento es la base para construir portafolios sólidos, ajustados a sus objetivos, expectativas y perfil de riesgo.

Los fondos mutuos, en este sentido, son vehículos versátiles y potentes. Permiten acceder a una cartera diversificada que abarca distintas clases de activos, sectores y geografías, desde bonos conservadores hasta acciones de mercados emergentes. Esta amplitud los convierte en soluciones adecuadas tanto para quienes buscan preservar capital con baja exposición al riesgo, como para aquellos que aspiran a mayores retornos mediante estrategias más agresivas.

De acuerdo con las cifras oficiales de la Asociación, el patrimonio administrado por los fondos mutuos al cierre del cuarto mes del 2025 asciende a US$ 14 mil millones. A su vez, el número de partícipes alcanzó los 439,304 inversionistas, lo que representa un crecimiento de 0.78% frente al mes anterior y de 20.17% en los últimos 12 meses.
Adicionalmente, en lo que va del año 2025, se registra un incremento de 5.24% en el número de partícipes y de 7.41% en el patrimonio administrado. Asimismo, la oferta total de productos alcanzó los 210 fondos mutuos.
Sin embargo, su verdadero potencial se materializa cuando forman parte de una estrategia de inversión integral, respaldada por asesoría especializada. Un modelo de acompañamiento robusto pone en el centro el diálogo constante con los clientes. Es decir, se toma el tiempo necesario para conocerlos a fondo, entender sus metas y anticipar sus necesidades. Así, se logra ajustar la composición del portafolio en función de su horizonte de inversión, respetando siempre la ruta trazada, incluso frente a eventos inesperados.
Porque en tiempos turbulentos, la tentación de actuar impulsivamente está siempre latente. Pero la experiencia demuestra que los mejores resultados provienen de decisiones bien informadas, sostenidas en el tiempo y alineadas con un propósito claro. La asesoría experta no solo permite gestionar mejor el riesgo, sino también mantener la disciplina necesaria para alcanzar las metas financieras con éxito.
En definitiva, más que anticipar las tormentas, lo esencial es contar con un rumbo definido y un socio estratégico que acompañe cada paso. Los fondos mutuos, por su flexibilidad y capacidad de adaptación, sumados a un proceso de asesoría sólido, se convierten en verdaderas anclas que brindan estabilidad y dirección en medio de la incertidumbre.
Hoy, más que nunca, la clave no está en predecir las tormentas, sino en prepararse para navegar a través de ellas con inteligencia.
*Columnista invitado: José Luis Cordano Copello, gerente general de Fondos SURA y director de la Asociación de Administradoras de Fondos del Perú