
Brasil, la décima economía más grande del mundo, está enfocado en encontrar una ruta más rápida y económica para exportar hacia China, específicamente al puerto de Shanghái. Actualmente, la mayoría de su comercio con el gigante asiático —principalmente soja y mineral de hierro— se despacha desde el puerto de Santos, en São Paulo. Esta ruta, que atraviesa el canal de Panamá, toma aproximadamente 35 días.
La soja se produce principalmente en el estado de Mato Grosso (centro del país), mientras que el hierro proviene de Minas Gerais, más hacia el sureste. Sin duda, una vez que estén operativos los trenes transcontinentales que unan el Atlántico con el Pacífico —conectando el puerto de Santos con el puerto de Chancay en alrededor de cinco días— se logrará reducir el tiempo de tránsito a Shanghái entre siete y diez días.
Mientras ese corredor ferroviario se concreta, ya se están habilitando rutas alternativas para capitalizar la infraestructura del nuevo puerto de Chancay. Aunque existen muchas propuestas, actualmente solo dos rutas están operativas:

- La primera inicia en Manaos, atraviesa Iquitos y luego Yurimaguas, continúa hacia el puerto de Paita (a través de la IRSA Norte) y finalmente llega a Chancay (al norte de Lima), con una duración total de 16 días desde Manaos. Cabe señalar que el tramo alternativo de esta ruta, Iquitos–Pucallpa, no tiene un calado constante para barcazas medianas, lo que limita su uso.
- La segunda ruta va desde Manaos, pasa por Madre de Dios, continúa por Cusco, luego Puno, y termina en los puertos de Matarani o Ilo, con un tiempo aproximado de 13 días desde el punto de partida.
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Al sumar los 23 días adicionales de navegación que se requieren para ir desde Chancay hasta Shanghái, el total del viaje resulta en 39 días para la primera ruta y 36 días para la segunda. Actualmente, un buque que navega directamente desde Manaos hasta Shanghái tarda 40 días, lo que indica que estas rutas ofrecen una mejora mínima de tiempo, por lo que se requieren ajustes para volverse realmente viables. Las cifras sugieren que los estados brasileños más cercanos a Iquitos o a Madre de Dios podrían obtener mayores eficiencias logísticas, a diferencia de aquellos ubicados en el centro de Brasil o más próximos al Atlántico.
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Los empresarios peruanos siguen avanzando con creatividad, al margen del corredor ferroviario que deben facilitar los gobiernos. Por ejemplo, en Iquitos se desarrollan planes portuarios para facilitar el traslado de contenedores desde barcazas grandes a medianas, con destino a Yurimaguas; mientras que en Matarani ya se recibe carga proveniente de Brasil y Bolivia con destino a China.
Aún falta sincronizar mejor los puertos de Paita y Matarani con el puerto de Chancay. Las negociaciones de las navieras con Cosco Shipping, operador del nuevo puerto, están en proceso; pero si esta naviera continúa ofreciendo tiempos de tránsito siete días menores que los del Callao hacia Shanghái, es probable que se consolide más carga en Chancay, atrayendo buques de gran calado.
En los próximos meses se podrá observar si las dos rutas mencionadas logran dinamizar el movimiento de carga brasileña hacia el puerto de Chancay. Aunque aún hay mucho por afinar, la oportunidad existe: tanto estas rutas como las ciudades que atraviesan podrían integrarse decisivamente al desarrollo logístico del Perú, posicionándolo como hub portuario clave del Pacífico Sur.

CEO y Fundador Allié Family Office. Past President CFA Society Peru. Licenciado en Ciencias Económicas por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Cuenta con un grado de MBA en Administración de Empresas por la Universidad de Texas en Austin.