Cuando David Fischman cumplió 33 años su vida tuvo un punto de quiebre. Mientras que al protagonista de su libro “Las siete semillas” le dio un infarto, lo de él fue fue una crisis emocional. “En ese momento me di cuenta que era un jefe tirano, mis propios trabajadores me llamaban el loco”, confiesa, “tuve que ir al psicoanalista para darme cuenta de los problemas que estaba cargando y del poco control que tenía sobre mis emociones”.