Hace siglos se creía perdido el árbol que producía el cacao más antiguo, raro y exquisito del mundo, pero eso cambió luego que se descubriera que en el cañón del Marañón, en el corazón de la jungla amazónica, el árbol puro nacional volvió a la vida.
Este árbol antiguamente se encontraba solo en Ecuador, pero tras una enfermedad que se extendió en los bosques se perdieron variedades del cacao. Desde ese entonces se creía extinto el árbol de cacao; hasta ahora.
El árbol de cacao del futuro nació en Perú
En 2007 -según un artículo de BBC mundo- dos estadounidenses, Dan Pearson y su hijastro Brian Horsley, que suministraban equipo y alimentos a compañías mineras de los alrededores del cañón del Marañón, cerca de la frontera con Ecuador, se encontraron con un extraño árbol en cuyo tronco crecían vainas del tamaño de una pelota de fútbol.
Perplejos e inseguros, enviaron varias muestras al Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en busca de respuestas.
Para sorpresa de todos, se confirmó que pertenecían al árbol puro nacional.
Los árboles del cacao son originarios de la selva amazónica que se extiende ampliamente por Perú, pero se cree que los incas, a diferencia de los mayas y aztecas, no lo consumieron demasiado.
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Los misioneros españoles del siglo XVI consideraban repulsiva esa bebida, pero cuando se le añadió azúcar tras ser enviada a España, el chocolate se convirtió en un éxito mundial.
Así fue como nació una industria global que durante los siguientes siglos estaría dominada por el chocolate producido con las semillas del puro nacional.
Aunque la mayoría de las semillas de cacao suelen ser moradas, las de esta variedad son blancas. Tienen un sabor afrutado y floral, y no son amargas.
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Ahora se cultivan árboles puro nacional
Pearson y Horsley siguen cultivando sus árboles puro nacional y cosechando las semillas según la tradición local, un proceso que los visitantes pueden presenciar entre mediados de enero y principios de junio.
Durante la temporada de cosecha, más de 400 agricultores que suministran cacao a Marañón Chocolate se levantan al alba para cortar a mano las vainas, utilizando largos palos de bambú con cuchillas en sus puntas.
Luego se extraen a mano y las compran a los agricultores, pagando casi un 50% por encima del precio del mercado local para apoyar su trabajo.
Las semillas viajan después varios kilómetros hasta la fábrica de Marañón Chocolate, primero en burro y después en moto.
Son secadas y fermentadas antes de ser enviadas a Suiza, donde se procesan con una máquina antigua que sirve para hacer chocolate líquido y crear el producto final: Fortunato número 4.
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Elogio al chocolate más exquisito del mundo
Chocolateros internacionales han elogiado su rico sabor, su suave textura y su falta de amargura.
El pastelero suizo Roger Von Rotz lo describió como “el Rolex del chocolate”, “el más exquisito del mundo”, y el chef peruano Gastón Acurio dijo sobre él: “Es el mejor chocolate que he probado en toda mi vida”.
Su venta se limita a fabricantes de chocolate de élite que luego hacen creaciones para el consumidor y lo ponen a disposición de los compradores a través de internet o de tiendas de todo el mundo, desde Reino Unido hasta Australia.
Con información de BBC Mundo.
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