Socio de Vinatea & Toyama
La nueva ministra de Trabajo, Betssy Chávez, ha anunciado su intención de promover el diálogo social en materia laboral y ha señalado que convocará para este viernes al Consejo Nacional del Trabajo, reactivándolo.
Es una buena noticia, porque las críticas que despiertan los proyectos de ley e iniciativas presentados por distintos sectores sociales y bancadas en el Congreso contribuyen a agudizar la polarización que ha caracterizado a nuestra sociedad en los últimos meses, y eso nos hace ver que ya es tiempo de variar ese debate e institucionalizarlo al interior del Consejo Nacional del Trabajo.
Será necesario, no obstante, que se aclaren ciertos puntos que no parecen coincidir con el propósito de diálogo que ha anunciado la ministra. Y es que ella misma ha afirmado que piensa seguir con la “Agenda 19″ planteada por su predecesor, el ministro Maraví, haciéndola suya. Las propuestas de su antecesor, como se sabe, no contaron con la participación del sector empresarial, y más bien recogen expectativas laborales y sindicales tan marcadas, que dificultarán la obtención de consensos haciendo que el diálogo pueda resultar estéril. Esperemos que la ministra tome en cuenta esta circunstancia y tenga la apertura como para que la agenda previa no impida el diálogo y se logren acuerdos respecto de los temas que verdaderamente requerimos solucionar: más empleo digno, más capacitación laboral, más protección social para quienes no la tienen y, sobre todo, más formalización del empleo.
Por otro lado, y quizá esta sea una mejor forma de encuadrar las conversaciones para llegar a consensos, el propio Estado acaba de publicar su Política General de Gobierno, mediante Decreto Supremo Nro. 164-2021, en la que se ha propuesto reactivar el empleo decente y la empleabilidad, promoviendo condiciones para un mercado laboral dinámico y competitivo para la generación de empleo digno y con respeto de los derechos laborales.
Lo señalado en esta política es quizá un buen marco para los temas que un esfuerzo concertador debería abordar. De manera que, coincidiendo con las intenciones de la ministra de Trabajo, hay ya una política de Estado dirigida a lograr resultados en cómo darles más empleo a las mujeres y a los más jóvenes, reconvertir a los trabajadores y capacitarlos, incorporar a cada vez más personas al sector formal, mediante la inversión, principalmente privada, que es la que tiene el verdadero potencial para formalizar y crear más empleo.
Las condiciones se van dando para el diálogo social: intenciones explícitas por parte de la ministra de trabajo, políticas diseñadas por el Estado que son compatibles con el diálogo, la necesidad de un acercamiento entre trabajadores, empresas y Estado y la existencia de un mecanismo institucional para lograrlo. Ahora depende de todos.