El ayuntamiento Tel Aviv se ilumina con los colores de la bandera de Emiratos Árabes Unidos el 13 de agosto de 2020. (Foto de JACK GUEZ / AFP).
El ayuntamiento Tel Aviv se ilumina con los colores de la bandera de Emiratos Árabes Unidos el 13 de agosto de 2020. (Foto de JACK GUEZ / AFP).

Golpeadas por la pandemia de COVID-19, las economías de Emiratos Árabes Unidos y de Israel esperan que la normalización de sus relaciones dé resultados rápidamente, especialmente para el Estado hebreo, que pasaría a tener un acceso legal y sin precedentes al rico país del Golfo.

Emiratos Árabes Unidos, rico en petróleo y con ambiciones espaciales y tecnológicas, es el primer país del Golfo que normaliza sus relaciones con Israel, a través de un acuerdo "histórico" que fue anunciado el 13 de agosto y alcanzado bajo el auspicio de Estados Unidos, y que se firmará dentro de tres semanas.

Antes de Emiratos, otros dos países árabes normalizaron relaciones con el Estado hebreo: Egipto y Jordania.

Israel y Emiratos deberían sacar un enorme provecho de esta nueva relación”, criticada por los palestinos, consideró Ellen R. Wald, encargada de investigación en el Atlantic Council Global Energy Center.

A Israel podrían interesarle los recursos de hidrocarburos de los Emiratos, mientras que estos podrían invertir en los sectores del turismo y de la alta tecnología del Estado hebreo.

“Cliente hambriento”

A causa de la epidemia de coronavirus, el PIB de Dubái, que tiene la economía más diversificada del Golfo, se contrajo 3.5% en el primer trimestre deL 2020, tras dos años de crecimiento modesto. El transportista aéreo Emirates, el más importante de Oriente Medio, se vio obligado a reducir su red y suprimir miles de empleos.

En Israel, el panorama tampoco es muy alentador. Después de años de crecimiento, el Estado hebreo se encuentra ante una de las peores crisis económicas de su historia, y se espera que su PBI caiga un 6.2% este año, según cifras oficiales.

Pero la normalización podría ayudar a alterar la ecuación.

Israel se beneficiaría enormemente de la compra de petróleo a Emiratos y estos se aprovecharían de un cliente hambriento” de esta fuente de energía, explicó Wald.

El Estado hebreo desea atraer inversiones en el sector del turismo, sobre todo en la ciudad costera de Tel Aviv, y acoger a visitantes musulmanes en Jerusalén.

Millones de israelíes viajan cada año al extranjero pero principalmente a Europa y América, y muy pocas veces lo hacen hacia el este... pero esto también podría cambiar.

En Haifa, gran puerto del norte de Israel, la agencia de viajes Mirage Tours ya publicita Dubái como destino con la mención “Pronto”.

Recibo muchas llamadas, muchos judíos me han solicitado una plaza para el primer vuelo, cuando lo haya”, declaró el director de la agencia, George Muhashim, quien destacó que muchos clientes sueñan con viajar a Emiratos.

“Conocimientos”

Los sectores de la industria cibernética, la tecnología financiera y de las comunicaciones, la investigación biomédica y la agronomía también podrían beneficiarse del acuerdo, según las autoridades israelíes, que mantienen relaciones oficiosas con potencias del Golfo desde hace años.

Emiratos admira el adelanto y los conocimientos israelíes en los cibersectores y de la alta tecnología y quieren tener acceso a ello ante todo”, explicó Ciznia Bianco, encargada de investigación sobre Europa y el Golfo en el European Council on Foreign Relations.

Durante los últimos 20 años, el ministerio israelí de Relaciones Exteriores “ha ayudado a más de 500 compañías israelíes que deseaban comerciar con los países del Golfo, lo que condujo a millones de dólares en contratos”, subrayó una fuente oficial en Jerusalén.

Pero "todo eso funcionaba un poco de forma privada, había muchísimas limitaciones para hacer negocios", explicó el israelí Erel Margalit, jefe de JVP capital, una compañía de inversiones especializada en la innovación y la ciberseguridad.

Ahora que todo eso es ‘kósher’ [autorizado], si se puede decir así... tendremos relaciones más directas y las cosas avanzarán más rápidamente”, indicó.

“Rompecabezas”

Hasta ahora, las firmas israelíes podían reunirse con otras emiratíes en ferias internacionales o recurrían a empleados con una segunda nacionalidad para ir a Dubái. Sin embargo, ningún producto oficialmente fabricado en Israel podía exportarse realmente.

Para vender en Emiratos, nuestros productos no debían ser de fabricación israelí, lo que era un verdadero rompecabezas pues esto implicaba abrir una línea de producción en un país tercero”, explicó Gadi Nir, cofundador de la pequeña empresa emergente israelí Bo&Bo, especializada en equipos punteros para fisioterapia.

Desde el acuerdo alcanzado la semana pasada, las cosas se han acelerado: Bo&Bo firmó un primer contrato en Emiratos para distribuir allí sus productos “Made in Israel”.

Pero como la epidemia de coronavirus sigue marcando el ritmo y las líneas aéreas directas entre Tel Aviv y Dubái o Abu Dabi continúan sin estar operativas, la ceremonia de firma del contrato se hará por videoconferencia.