Los proyectos de mejoramiento genético que tiene en cartera el INIA y las trabas detrás

Jorge Ganoza, jefe del INIA, refirió que, desde la fundación de la entidad (1978), se han liberado 200 variedades de cultivos de alta calidad genética.

“A lo largo de los 46 años de creación, hemos plantado 200 variedades. Los principales productos que han sido mejorados genéticamente son la papa, frijol, trigo y maíz″, comentó a Gestión.

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De este total, la papa es el producto sobre el cual se han desarrollado más variaciones, pues contempla cerca del 20%.

Ganoza contó que, a nivel de invernaderos, se han producido 147,500 plántulas (planta en su primera etapa de desarrollo) para ser entregadas a los productores que siembran en la Amazonía y costa peruana; así como 274,021 plantones para diferentes departamentos.

En cuanto al mejoramiento genético, el experto indicó que la institución cuenta con dos centros de producción, los cuales permiten reproducir a través de semen y pajillas de embriones al ganado cebuino, a fin de entregarlos a los productores.

“El año pasado hemos llegado a entregar 22,359 reproductores para 13 regiones y hemos producido 62,898 pajillas de semen que han sido distribuidos a nivel nacional”, acotó.

Adicional a ello, refirió que “para producir todo este material genético en semillas, se han tenido que sembrar casi 400 hectáreas de producción de semillas básica y de calidad. En ese sentido, se han elaborado 843 toneladas de semillas de alta calidad para 12 regiones”.

Proyectos en desarrollo

Ganoza señaló que uno de los proyectos más representativos que viene desarrollando el INIA es el Programa Nacional de Cuyes, mediante el cual se ha logrado crear cuatro razas con alta calidad como son: Perú, Andina, Inti y Kuri, las cuales se caracterizan por tener buen rendimiento de carcasa, precocidad, prolificidad, entre otros atributos importantes.

Estas tienen la capacidad de alcanzar el peso comercial en 8 semanas gracias a su alto valor genético, el cual le permite obtener un margen de utilidad de hasta el 51% y un índice de beneficio marginal de 1.19.

Por otro lado, el experto destacó “un nuevo proyecto que está enfocado en la ganadería altoandina, en donde se busca mejorar el manejo, crianza y calidad de fibra de camélidos sudamericanos, especialmente de alpacas y llamas”.

Este programa consiste en la transferencia de conocimientos y tecnologías para brindar una adecuada alimentación al ganado, así como, una óptima selección de reproductores y mejoramiento genético a través de la técnica del empadre controlado.

Mediante este mecanismo se busca obtener una cría de mejor calidad genética y así poder asegurar la selección y mejoramiento del rebaño en grosor y color de fibra.

“El uso de estas tecnologías permitirá mejorar los índices de producción, incrementar el peso del vellón y disminuir el diámetro de la fibra del camélido, con lo cual los productores podrán ingresar a nuevos mercados y obtener mejores precios por la fibra producida”, detalló.

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Otro proyecto que se desarrolla es el de fruticultura, que tiene el objetivo de lograr una mayor resistencia de los cultivos de frutas ante plagas o diferentes climas.

“Uno de los mayores problemas es la roya amarilla en el café, lo que ha ocasionado pérdidas para los agricultores. En el largo plazo, venimos desarrollando 10 ecotipos que han venido implementándose y que se vienen investigando. La investigación culminará en el 2025, para comenzar a producir variedades con características fijas y entregarlas a los productores cafetaleros”, detalló.

Ganoza recalcó la importancia de la fruticultura, ya que ha permitido que la agroexportación crezca. Por ello, se quiere que tanto grandes como pequeños agricultores también tengan un manejo adecuado, ordenado y competitivo para el mercado.

Un tercer proyecto en cartera es el de caprinos, con el cual se busca mejorar el manejo en la calidad de leche y de quesos para que las familias tengan mayores ingresos y se cree un mercado mucho más atractivo.

Para ello, se implementarán módulos de investigación, laboratorios de reproducción animal y transformación de derivados lácteos. De esta manera, se podrá producir material genético para inseminaciones artificiales de cabras y la transferencia de embriones de alta calidad.

“Estos proyectos se han iniciado hace poco y ya se han obtenido algunos resultados. Por ejemplo, en el de caprinos, ya hemos importado embriones y tenemos nacimientos de crías, cuya conversión alimenticia es muy alta. Con ello buscamos que el ganadero caprino tenga animales de rápida conversión, crecimiento y, sobre todo, una carne de buena calidad”, explicó.

En el caso del proyecto frutales, el jefe del INIA contó que se viene desarrollando investigación en el cultivo de maracuyá, ya que es un producto de exportación.

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Financiamiento

Existen dos formas de financiamiento en los proyectos, a través del tesoro público y por medio de cooperación internacional.

“Estos programas se financian con proyectos de inversión, es decir, con dinero del Estado, pero no nos basamos solo en fondos del Tesoro Público, sino también en la cooperación internacional. Buscamos fuentes de cooperación que nos permitan realmente atender nuestras necesidades en materia de investigación”, sostuvo Ganoza.

Asimismo, acotó que para la obtención de equipamientos se realizan licitaciones, tanto a nivel nacional como internacional, ya que muchos de los equipos requeridos no se encuentran en el Perú.

“Por ejemplo, hay equipos que llegan a costar entre S/ 800,000 y S/ 900,000, por lo cual hay empresas que concursan para poder vender este requerimiento”, agregó.

Traba presupuestal

El jefe del INIA contó que el principal problema que se tiene en el mejoramiento genético, tanto para los estudios como desarrollo de proyectos, es el recorte de presupuesto.

“Año a año nuestro presupuesto de recursos ordinarios se va reduciendo, por eso es que muchas veces buscamos la cooperación internacional para poder ejecutar proyectos de investigación. En cuanto a transferencia de tecnología, nos aliamos con gobiernos regionales y locales para poder llegar hasta los últimos rincones y transferir los paquetes tecnológicos”, argumentó.

Por ejemplo, “en el 2022 nos asignaron S/ 21 millones, en el 2023 nos dieron S/ 18 millones y para este año, el monto se ha reducido a S/ 12 millones”, precisó.

Ganoza refirió que se ha solicitado al titular del Midagri, Manuel Manero, un presupuesto adicional con la finalidad de tener mayor disponibilidad de semillas y poder abarcar a más departamentos.

“Nosotros hacemos el sustento. El Ministerio de Economía nos pide priorizar, pero no podemos abarcar todo”, mencionó.

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Laboratorios

Ganoza señaló también que actualmente se cuenta con trece laboratorios, de los cuales 12 ya están certificados por el Inacal. Para junio, ya debería obtener la certificación del último.

Las regiones en donde estos centros de investigación de material genético están ubicados en Piura, San Martín, Loreto, Iquitos, Ayacucho, Cusco, Puno y Huaral; este último es el más importante.

“Por otro lado, recién se ha inaugurado el laboratorio de controladores biológicos que nos va a permitir producir microorganismos para poder brindar a los productores una agricultura orgánica libre de pesticidas. Este laboratorio se encuentra en Omate (Moquegua) y entró en funcionamiento este año”, concluyó.

SOBRE EL AUTOR

Paolo Rojas

Licenciado en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con cinco años de experiencia en prensa escrita y digital. Actualmente, se desempeña como redactor en Diario Gestión.