La recolección de la soja comienza a fines de marzo y el cultivo es susceptible a la excesiva humedad en los campos. En cambio, el maíz tolera mejor el exceso de agua. REUTERS/Agustin Marcarian
La recolección de la soja comienza a fines de marzo y el cultivo es susceptible a la excesiva humedad en los campos. En cambio, el maíz tolera mejor el exceso de agua. REUTERS/Agustin Marcarian

Abundantes lluvias continuarán regando en los próximos días el núcleo agrícola de Argentina, donde una sequía golpeó este año a la soja y el maíz, dijeron expertos en clima, que advirtieron que hay riesgos de excesos de humedad que también podrían generar problemas.

La falta de agua y los períodos de elevadas temperaturas desde el inicio del verano austral provocaron importantes pérdidas en los dos principales cultivos de Argentina, que es el mayor exportador mundial de derivados de la soja y el segundo de maíz.

La sequía llevó a la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) a reducir en cinco millones de toneladas su previsión para la soja 2021-2022, a 40.5 millones, y en ocho millones la del maíz, a 48 millones.

Son lluvias muy importantes las que vienen entre el viernes y el domingo, sobre todo en el centro de Santa Fe, Entre Ríos, el este de Córdoba. Pueden ser lluvias de 80-90 milímetros, generalizadas”, dijo a Reuters Germán Heinzenknecht, meteorólogo de la Consultora de Climatología Aplicada (CCA).

Las nuevas lluvias, sumadas a los niveles de entre 40 y 50 milímetros registrados durante el último fin de semana en la región pampeana, pondrían finalmente un límite a las pérdidas causadas por sequía a la soja y beneficiaría a los lotes de maíz sembrados de forma tardía, señaló Heinzenknecht.

El meteorólogo Leonardo De Benedictis dijo en el sitio Meteored que tras “un verano que se caracterizó por una prolongada sequía sobre el centro y este del país, marzo aparece como el primer mes en el que tiende a normalizarse lentamente el nivel de las precipitaciones”.

Pese a la buena noticia, Heinzeknecht advirtió sobre la posible paradoja de excesos hídricos en la actual campaña.

En el núcleo agrícola “lo normal del mes de marzo son 120, 130 milímetros, o sea que en el resto de marzo sumar 30, 40 milímetros va a ser fácil” para llegar al nivel promedio de precipitaciones, explicó el experto, quien añadió que los agricultores “lo único que quieren ahora es no tener excesos para poder cosechar”.

La recolección de la soja comienza a fines de marzo y el cultivo es susceptible a la excesiva humedad en los campos. En cambio, el maíz tolera mejor el exceso de agua.

Son buenas estas precipitaciones, es una buena señal, pero ojalá la segunda quincena de marzo venga con un poco más de sol. Para cosechar va a hacer falta eso”, dijo Heinzenknecht, que agregó que la recuperación de la humedad en el suelo es positiva para la campaña de trigo del ciclo 2022-2023, que comenzará en mayo.

Argentina es un exportador líder de trigo y en el ciclo 2021-2022 produjo un récord de 22.1 millones de toneladas, de acuerdo con la Bolsa de Rosario.

Lo que permiten estas lluvias es sostener los escenarios que veníamos manteniendo hasta ahora, frenan el deterioro”, dijo Esteban Copati, agrónomo titular de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que estima una cosecha de 42 millones de toneladas para la soja y de 51 millones para el maíz.

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