Ya se cumplió un año desde que oficialmente las actividades económicas quedaron suspendidas, debido a la pandemia del COVID-19, y aunque algunas se han reabierto en su totalidad y otras con aforos limitados, los cines siguen en espera. La propuesta del Gobierno es que abran con un aforo de 20%, a la que los cines no ceden.
Y es que de aceptarlo, según señala la ANASACI (Asociación Nacional de Salas de Cine), esto representaría que se dejen de vender 44 millones de entradas lo que representa S/ 500 millones, solo en boletería.
“No es algo que estemos persiguiendo. Sin embargo, ya es quincena de marzo y no llevamos ni un solo sol de ingresos”, sostiene Ricardo Ascenzo, representante del gremio.
Su propuesta de aforo de 40% tampoco es una cifra muy alentadora, ya que la pérdida se reduciría a la mitad, pero puede ser más llevadero. “Aceptar solo un 20% lo veo muy difícil, un 30% también, si se nos permite la confitería podríamos evaluarlo, pero no puedo asegurarlo, es una decisión del gremio y nuestros cálculos nos llevan a pensar en un 40%”, dice Ascenzo.
Así, recalca que la venta de alimentos es básico para poder solventarse, ya que solo la confitería en el 2020 les dejó una pérdida de S/ 290 millones.
Para ello toman el ejemplo de Chile, país donde también hay inversiones peruanas como el caso de Cineplanet. En el vecino país del sur sí se está operando y vendiendo comida y bebida para el consumo en cines.
“Incluso en nuestro país hay otros rubros que ya están vendiendo alimentos, por qué nosotros no”, se preguntó el vocero.
Proyectos parados
Y toda esta situación ha generado que queden en stand by varios proyectos en el sector, unos diez según señala el vocero.
Eso en cifras representa una pérdida de inversión aproximada de US$ 80 millones, ello teniendo en cuenta el número de salas y el tamaño del complejo, además de la tecnología que emplean para equiparlo, por lo que cada complejo puede demandar entre US$ 4 millones y US$ 8 millones.
Ascenzo recordó que a solo días de que iniciara la primera cuarentena, el complejo de Cineplanet El Polo, Cinemark Comas y CineStar Ayacucho no pudieron abrir.
“Además habían otros en proyecto que ahora han quedado en stand by, y no hay una situación clara sobre qué pasará con ellos. Es el caso de un complejo en San Juan de Miraflores, otro en Chiclayo y Cinépolis en Iquitos, por mencionar algunos, en total deben ser unos 10 proyectos que se han quedado paralizados”, sostuvo Ascenzo.
Destacó que la disposición de abrir está, pero hay que considerar que al tratarse “de una inversión millonaria se debe generar rentabilidad”.
Cabe precisar que a nivel nacional existen 104 complejos de cine. Y muchos de los que hoy existen podrían no abrir cuando los cines retomen sus actividades.
“Tenemos 12 meses sin ingresos y la posibilidad de acabar en la quiebra”, comentó.
A esto se suma la pérdida de 10 mil puestos de trabajo directo, fuera de los empleados de las distribuidoras, productoras de cine, personas que traen las películas.
En esa línea, dijo que han podido mantener la suspensión temporal perfecta, y de no ser así la industria ya se hubiera ido a la quiebra. “Si bien recibimos Reactiva, es un monto que se tiene que pagar, y las empresas se están endeudando. Lo que buscamos fue no romper la cadena de pago”, señaló.
Modelos distintos
Consultado sobre la posibilidad de hacer algún tipo de acuerdo con los autocinemas, propuesta que nació en la época de pandemia, Ascenzo señaló que ambas son propuestas de valor totalmente distintas.
“Una vende el modelo de ver películas desde el auto, nosotros vendemos una inversión sensorial para ver una película cinematográficamente desde la pantalla, el sonido, diseño de butacas, todo lo que es una experiencia, y las películas que están en los autocinemas no son las de la sala de cine”, explicó.
En esa línea, comentó que hay muchas películas nacionales, como No me digas solterona 2, que se iba a estrenar una semana después de que comenzara la cuarentena. “Y no se estrenó en autocinema porque se quiere esperar una sala de cine para hacerlo”, indicó.
Otras producciones locales que quedaron en el aire fueron Mundo Gordo, Doblemente Embarazada, La Banda de los Presidentes, señaló.
Y mientras que algunos actores del sector han optado por reconvertirse como es el caso de CineStar, cuyos complejos van a ser reconvertidos en espacios comerciales reduciendo el espacio de cine pero conservando salas, el ejecutivo opina que es un modelo de negocio diferente.
“Tenemos tecnología de punta, inmobiliario especializado, no es fácil reconvertir, son espacios ad hoc para ver una película”, acotó.