Google y Huawei: una guerra sin armas
Por Pamela Hirakata, alumna de Economía la Universidad del Pacífico
Uno de los diez principios de la economía dice que el comercio puede mejorar el bienestar de las naciones participantes. Esto permite que cada país pueda especializarse en lo que es más eficiente e importar aquellos bienes que serían muy caros si se producen dentro de sus fronteras. De esta manera, el beneficio se traduce en que se pueda tener acceso a una mayor variedad de bienes y servicios a precios adecuados.
Sin embargo, al mantener un elevado déficit comercial con China, el gobierno estadounidense decidió imponer aranceles altos a los productos provenientes del gigante asiático, para intentar cerrar esta brecha. El gobierno chino no se quedó de brazos cruzados y respondió de la misma manera, lo que dio inicio a la gran Guerra Comercial que se vive en estos momentos.
Este vaivén de imposición de aranceles entre los dos gobiernos va en contra de lo mencionado por el principio de economía con el que empiezo este artículo y trae consecuencias negativas para ambos países.
Para Donald Trump, según parece, los aranceles impuestos no han sido suficientes. Así, agregó a la empresa Huawei, uno de los mayores proveedores de teléfonos móviles del mundo, a la lista de compañías con las que las empresas americanas no pueden negociar, pues acusa al gobierno chino de utilizar su tecnología como método de espionaje en tierras estadounidenses. Como consecuencia de esto, Google ha decidido romper la relación que tiene con esta empresa, la cual utilizaba los servicios de sistema operativo y medidas de seguridad. Además, Huawei ya no contará con empresas como Intel, Qualcomm y Broadcom para la provisión de los chips necesarios para sus dispositivos.
Ante estas decisiones, ¿Cuáles son las consecuencias para ambos países? Se podría pensar que China sería el mayor perjudicado pues es cierto que, entre los dos, es el mayor exportador. Además, el golpe contra Huawei hará que las ventas de la empresa sufran una reducción significativa, dado que los nuevos dispositivos no contarán con un sistema seguro y los consumidores optarán por otras marcas. No existe otra alternativa viable que no sea el operativo Android de Google y, hasta que la empresa china vea la forma de subsanar esa falta, tendrá un momento difícil en el mercado. En el 2018, la empresa de celulares ZTE pasó por una situación similar cuando Estados Unidos decidió cortar con sus negocios y esta tuvo que cerrar operaciones, pues no pudo resistir sin abastecimiento. No obstante, Huawei es mucho más grande e independiente.
Por otro lado, Estados Unidos no está tomando en cuenta que varias empresas americanas también se verán afectadas. Apple, por ejemplo, se resentirá tanto por el lado de la oferta como por el de la demanda. Gran parte de la producción de esta empresa se realiza en China por el bajo costo de mano de obra, por lo que la subida de aranceles produce mayores costos de producción que, en alguna medida, serán trasladados a sus clientes. Además, si el gigante asiático decide tomar represalias contra Apple, la demanda en este país se podría reducir fuertemente. Las empresas de calzado americano como Nike, Adidas y Under Armour ya se han pronunciado ante estos acontecimientos y le han manifestado a su presidente que cualquier aumento en el costo de importación de zapatos tiene un impacto directo en el consumidor. China representa casi el 72% de todo el calzado importado a Estados Unidos y la subida de aranceles agrega cerca de 7 millones de dólares en costos adicionales a los clientes.
Por lo mencionado, ambos países pierden ante las decisiones tomadas por el gobierno estadounidense. Pero no son los únicos, pues la subida de aranceles genera precios más altos, lo cual reduce la demanda de bienes y disminuye la producción, de modo que los países que dependen del abastecimiento de estas dos naciones también se ven perjudicados.