El acelerado avance tecnológico y digital de las actividades financieras ha transformado la vida cotidiana de los peruanos, brindándoles múltiples beneficios, pero también exponiéndolos a nuevas amenazas.
Uno de estos riesgos es el fraude digital que se perfila como un desafío creciente, en el que los ciberdelincuentes perfeccionan constantemente sus tácticas y desarrollan nuevas formas de engañar a las personas y organizaciones, refiere Alfredo Monasi, pre sales specialist de Experian Perú.
Así, uno de cada cuatro limeños ha sufrido el robo o hackeo de sus cuentas bancarias al cierre del año pasado, según el estudio “Radiografía de la seguridad digital en Lima: perspectivas para 2025″ realizado por la compañía de datos e información global.
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Esto incluye el hackeo directo de la cuenta (13%), robo de información de la tarjeta de débito o crédito para hacer consumos o compras online (5%), suplantación de identidad para solicitar préstamos o acceder a cuentas bancarias (3%) y la recepción de correos que instalan virus en el dispositivo electrónico (5%).
Monasi detalló que el hackeo de cuentas es más frecuente en la población joven, usuarios de 18 a 26 años, por ser un segmento que tiene mucha confianza en canales digitales.
Daniel Chicoma, docente de Esan, refiere que, por un lado, hay aplicativos falsos que imitan a plataformas digitales, así como correos similares a los enviados por los bancos que solicitan información sensible a los usuarios.
“Por otro lado, tenemos un problema en los usuarios que no son responsables de en qué lugares van dejando su información”, cuestionó.
Centennial
El estudio de Experian encontró, además, que uno de cada cinco jóvenes limeños ha sido víctima de phishing, es decir, ingresó a un enlace sospechoso en el que se le pedía información personal o cambios de clave. Este es un porcentaje superior al de otros grupos etarios, lo que es reflejo de la creciente sofisticación de los ciberdelincuentes, indica.
La denominada Generación Z ha crecido en un entorno digital, usando redes sociales y plataformas en línea no solo para entretenimiento, sino también para estudiar, trabajar e incluso gestionar sus finanzas, explicó Monasi.
“Hay un 67% de limeños centennials que se siente confiado al compartir datos personales en línea”, dijo. Sin embargo, esta confianza también incrementa su vulnerabilidad, ya que el continuo intercambio de información personal los expone cada vez más a fraudes digitales, acotó.
Precisó que ahora la mayoría de plataformas demanda información de los usuarios y autorización para el uso de estos datos.
“Los jóvenes ahora mantienen datos guardados en múltiples páginas web y la contraseña puede repetirse en varias de ellas o cambiar solo en algunos caracteres, porque es imposible que memoricen una clave distinta para cada una”, expresó el especialista.
Asimismo, reportó que el 67% del total de limeños cambia sus contraseñas solo una vez al año o con menor frecuencia, cuando debería hacerlo cada tres meses, lo que aumenta su vulnerabilidad a ciberataques.
Este panorama pone de manifiesto la importancia de implementar programas de concientización y formación en ciberseguridad dirigidos específicamente a la Generación Z.
Preocupación
Monasi detalló que el 90% de los limeños expresa su preocupación por el fraude digital, y muchos reconocen la creciente frecuencia de estos engaños y la sensación de vulnerabilidad que ocasionan.
No obstante, el 44% de los usuarios aún se siente desinformado sobre las amenazas digitales.
Chicoma coincide con el especialista en que una gran parte de la población peruana desconoce sobre las distintas malas prácticas de los delincuentes para hacerse de su información personal y financiera. “Es necesaria una labor más activa de educación financiera, especialmente de parte de los bancos y demás entidades financieras”, manifestó.
De hecho, un alto porcentaje de personas que han sido víctimas de fraude (68%) reportan una disminución de su confianza hacia las tecnologías, mencionó Monasi.
Pese a este escenario negativo, solo una minoría –el 15%– cuenta con un software de seguridad para proteger sus dispositivos contra un eventual fraude digital, advirtió.
“A medida que las personas reconocen la importancia de proteger su información y actividad en línea, crecerá la adopción de buenas prácticas de ciberseguridad, incluyendo la revisión periódica del historial crediticio como una herramienta clave para su protección financiera y personal”, sostuvo.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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