Lo tenía previsto. Cuando supo que el puesto que está por encima del suyo quedó liberado, decidió presentar su postulación. Aparentemente reunía los requerimientos, pero finalmente esa promoción fue ocupada por su otro colega.
Aunque no sea un consuelo, según un informe de Gartner, el 50% de empleados promedio ocupan el mismo cargo que antes del 2008.
Desde Fortune indican que, años después de la crisis económica que afectó distintas regiones, los empleadores aumentaron el número de movimientos laterales para compensar la escasez de ascensos.
Sin embargo, cuando se promueve a un miembro de un equipo, el volumen de trabajo generalmente aumenta entre quienes fueron pasados por alto. Ante este escenario, el reporte de Gartner concluye que la falta de desarrollo profesional sigue siendo un factor relevante para el desgaste de los trabajadores.
Doble observación
Bajo esa premisa, ¿cómo afrontar el rechazo? Lo primero es averiguar las razones por las que no consiguió el ascenso.
“Probablemente sea inútil preguntarle a su jefe, quien quizá no sea capaz de revelarle las verdaderas razones y al final lo deje con más dudas que antes”, dice Vicki Brackett, experta en liderazgo.
Ella sugiere, en cambio, autoobservarse y solo después mirar a la persona que recibió la promoción.
“¿Qué convenció a altos mandos de que ese otro colega era idóneo?, ¿qué ha hecho que yo no?”.
Autoanálisis
Según Ernesto Rubio, gerente general de Ronald Career Services Group, un mecanismo que podría proporcionar luces sobre el desenvolvimiento personal, en términos medibles, es la ‘herramienta de gestión de desempeño’ que hoy aplican muchas compañías.
Un proceso que integre un feedback sincero con el candidato no seleccionado le permitiría conocer también sus oportunidades de mejora, señala Estela Peralta, gerente de Gestión Humana de Adecco.
Sin retrocesos
Pero ¿cómo evitar que la productividad o ánimo se vean mermados?
Rubio considera que cuando hay transparencia en la política de ascensos y/o aumentos, los profesionales podrán mantener una dinámica laboral sana y productiva, incluso hasta la siguiente oportunidad.
La madurez profesional y resiliencia serán aliados. “Asumir proyectos, liderar reuniones, hacer nuevos aportes componen una estrategia que le permitirá al colaborador continuar creciendo”, sostiene Peralta.
De su lado, Brackett sugiere una alternativa aparentemente arriesgada: “Vaya con alguien que quiera el puesto que usted tiene ahora y ayúdelo a conseguirlo”.
Pues la experta considera que capacitar a otra persona le facilitará las cosas a su jefe, si más tarde pensara en promoverlo. Ello “aumentará su influencia” si además se avecinan otros proyectos.
Segunda alternativa
¿Toda respuesta podría cambiar si se trata de un talento de alto desempeño? Para Rubio, sí, sobre todo si perdió más de una oportunidad.
La respuesta está en un plan de B que el profesional debiera armar con sigilo, sugiere.
“Será el único bastión que sostendrá su motivación, energía y menguará la natural ira que le pueda generar no ser bien considerado”. Y es que nunca está de más tener una segunda carta bajo la manga.
¿De qué manera puede solicitar una promoción?
Antes de solicitar un ascenso, el candidato debe estar preparado para el rechazo, asevera Joel M. Rothaizer desde Forbes.
“Con esta práctica, adoptará un sentido de valor interior, en lugar de entregárselo a su jefe”.
Y es que solo así podrá seguir adelante con aquella conversación. Para el especialista, más allá de hacer un recuento ante su jefe inmediato de los resultados en términos cuantificables que haya conseguido en un determinado lapso, también será fundamental evaluar que sea el momento propicio. Por ejemplo, jamás aborde el tema después de terminar una reunión o si observa a su superior preocupado por otros motivos. Asimismo, desde Hubspot indican la necesidad de mantener una conversación sincera en que se eviten malos entendidos.