
La mayoría de los connacionales no solo recibe un nivel bajo de remuneración, sino que están expuestos a sufrir graves problemas financieros, ¿qué tan graves son las cifras?
Solo el 31.5% de los adultos en el Perú puede cubrir más de dos meses de gastos en caso de perder su fuente de ingresos (empleo), según un reciente estudio de Global Findex, una de las principales publicaciones del Banco Mundial.
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Ese porcentaje es menor al 34.57% del promedio de América Latina y El Caribe y al 41.1% que es el promedio entre los países de ingreso medio-alto (categoría que se le asigna al Perú en ese informe).
“Ese 31.5% es bastante preocupante porque quiere decir que dos tercios de los peruanos (68.5%) en realidad no podría enfrentar una emergencia”, manifestó a Gestión Carolina Trivelli, investigadora del Instituto de Estudios Peruanos y exministra de inclusión social.
Vulnerabilidad
La experta puso énfasis en que esa vulnerabilidad financiera afecta la salud mental. Además, refirió que si bien se ha observado un creciente acceso y uso de servicios financieros en el país, sobre todo gracias a la digitalización, eso no se ha traducido en más instrumentos para enfrentar situaciones de crisis.

Por su parte, el economista Jorge González Izquierdo sostuvo que esa desprotección financiera en el país se explica principalmente por cuatro razones. Primero, la falta de cultura y educación financiera que deriva en que los peruanos no cuenten con un ahorro precautorio.
En segundo lugar, el bajo nivel de ingresos de la población del país, que impide que el grueso de esta pueda ahorrar.
Según el especialista, un tercer aspecto gravitante en esa delicada situación es la continua liberación de los fondos de la CTS por parte de los legisladores, que desde el 2021 dictaron normas consecutivas para permitir a los trabajadores el acceso irrestricto a esos fondos, cuyo fin primordial no es satisfacer el consumo presente, sino preservar la estabilidad económica familiar en caso de que la relación laboral concluya.
“Sucesivos congresos y gobiernos han pulverizado el concepto de la CTS, que es justamente un seguro contra el desempleo. Y lo han pulverizado al hacer que la gente pueda estar sacando esos fondos para destinarlos a otros fines”, afirmó el especialista.
Sin acceso fácil
González Izquierdo hizo también alusión a que la gran mayoría de peruanos no tienen un fácil acceso al crédito formal del sistema financiero tradicional.
Lo anterior tiene un correlato con el hecho de que el 70% de la masa laboral del país, aproximadamente, trabaja en la informalidad, por lo que no puede sustentar ante una entidad financiera su fuente de ingresos, dijo.
“La mayor explicación (de lo que revela Global Findex) son los bajos niveles de ingresos de la familia, pero sobre todo de ingresos estables, y la poca capacidad de acceder a redes de protección que tienen los peruanos, sean familiares, de acceso al sistema financiero o en el entorno laboral”, manifestó Trivelli.

Ese 31.5% que sí podría cubrir sus ingresos por dos meses en caso de desempleo también se condice con ese tercio de la población (con empleo formal) al que, de algún modo, se le tendría que brindar alguna compensación en caso de despido, añadió González Izquierdo.
Combinación perversa
En tal sentido, Trivelli aclaró que muchos peruanos en la informalidad sí pueden enfrentar una situación de default. Sin embargo, advirtió que existe una “combinación muy perversa” de ciudadanos que ganan poco y que están expuestos por sus ingresos inestables.
“La inclusión financiera, que ha avanzado bastante, no se ha traducido en mayores niveles de salud y bienestar”, recalcó.
Según Global Findex, además, un 44% de los peruanos ahorraron el año pasado, ya sea de manera formal o informal.
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Mayoría ahorra en activos reales
Los peruanos suelen ahorrar no en productos financieros, sino en activos reales, como un inmueble, afirmó Jorge González Izquierdo.
El problema es que este tipo de bienes no son líquidos, es decir, no pueden venderse rápidamente en caso la persona requiera cubrir gastos de inmediato, advirtió el economista.
“Cuando van a un banco a pedir prestado, a muchas personas les tiran la puerta en la cara. Entonces, ellos financian con sus ahorros una vivienda”, dijo.
“Si no te obligaran a ahorrar, tampoco lo harías tú voluntariamente. Entonces, el ahorro peruano no es financiero, sino que, en su mayoría, es un ahorro real”, añadió.


Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.