El acceso a algunos productos de financiamiento comienza a complicarse para ciertos estratos de la población.
En esa línea, los créditos del sistema financiero con garantía de joyas, o pignoraticios, se redujeron en 15% a S/ 198.34 millones hasta setiembre, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
SI bien el crecimiento de estos créditos fue afectado anteriormente por la disponibilidad de fondos de AFP y CTS por parte de las personas, en los últimos meses la reducción se acentuó por el impacto de los topes a tasas de interés establecidos en abril por el anterior Congreso
La tasa máximas de interés anual, aplicables entre noviembre del 2021 y abril del 2022, son 83.64% para créditos en moneda nacional y 66.08%, para dólares.
Condiciones cambian
“A mayor riesgo se podía subir la tasa de interés de este préstamo, sin embargo, tras la implementación del tope a tasas no es posible hacerlo, por tanto, las condiciones para recibir clientes cambian”, señaló a Gestión Walter Rojas, gerente de Negocios de Caja Cusco.
A las personas con mayor riesgo le corresponde una tasa de interés más alta, pero como ahora existe el tope a las tasas, se les restringe el crédito pignoraticio, refirió.
La banca y microfinancieras cobraban tasas de alrededor de 100% en este tipo de financiamiento, pero debieron adaptarse y asignar tasas cercanas al tope legal, mencionó Joel Siancas, presidente de Caja Sullana.
Pese a que se trata de un crédito con garantía es riesgoso por el público en que se enfoca, como personas de bajos ingresos cuyo historial crediticio no es muy conocido, y otras con problemas de pago, precisó.
Nuevos usuarios
Si bien estas restricciones no generan complicaciones con los clientes recurrentes porque su comportamiento de pago es conocido, sí dificulta el acceso de nuevos usuarios al sistema financiero y el reingreso de quienes tuvieron deudas vencidas que pagaron luego, añadió.
“Si el cliente tuviera la alternativa de acudir a otro crédito para reemplazar su pignoraticio lo haría y le costaría menos, pero estos créditos son de último recurso. Al haber un tope (en la tasa), el solicitante deja de ser sujeto de crédito y no le queda otra opción que acudir a los prestamistas informales”, manifestó Rojas.
Liquidez
Según Siancas, otra razón del menor dinamismo en estos créditos es la liquidez que tienen las personas por la disponibilidad de bonos y fondos de AFP y CTS.
En años de crisis, como la pandémica, suele haber mayor movimiento de este tipo de financiamiento, pero esta vez fue diferente porque las personas recibieron fondos para subsistir en los meses difíciles, dijo.
Hay quienes incluso están guardando sus joyas para momentos más complicados, acotó.
Recuperación
Los créditos pignoraticios continuarán con tendencia a la baja este año, aunque podrían recuperarse en el 2022.
Es poco probable que se reactiven estos préstamos en lo que queda para terminar el año, pues las personas reciben algunos recursos como CTS o gratificaciones y las ventas de los negocios mejoran, afirmó Rojas.
Pero como no se prevé la entrega de más bonos o liberaciones de fondos, y el empleo y los salarios todavía no retornan niveles prepandemia, los créditos pignoraticios podrían reactivarse en el 2022, estimó Siancas.
“Sin embargo, dependerá también de las medidas que tome el Congreso y el Gobierno. Hay algunos mecanismos (topes) que persiguen un bien, pero terminan afectando a otros segmentos”, añadió.
Hasta el 30% de joyas en garantía va a remate
Muchas personas que no pudieron pagar el crédito perdieron su prenda. Entre el 20% y 30% del valor de las joyas que se entregan en garantía a las entidades financieras acaba en remate, estimó Walter Rojas, de Caja Cusco.
Antes, este porcentaje era de 10% pero se incrementó por la situación crítica que ocasionó la pandemia, añadió.
Hay un proceso detrás de la adjudicación de una joya que implican costos para la financiera, por ejemplo, su custodia, cobranza, notificaciones, e incluso un seguro por la masa de prendas en garantía, explicó Joel Siancas, de Caja Sullana.
“El negocio de la entidad no es quedarse con la joya del deudor sino movilizar el dinero y tener un ingreso limpio, que no haya morosidad”, manifestó.
Primero, las joyas son puestas a remate para cubrir parte del monto prestado, pero si no son adquiridas pasan por un proceso de fundición que también cuesta a la entidad financiera, para luego ser vendidas a una exportadora, detalló.