Los elevados niveles de inflación no solo afectan los bolsillos de las personas, sino que también están empezando a mermar el desempeño de los negocios, sobre todo de los más pequeños.
Eso lo saben las entidades financieras, que ahora están siendo más rigurosas en el otorgamiento de créditos a micro y pequeñas empresas (mypes), cuya generación de ingresos está siendo golpeada por la fuerte alza de precios.
“Las unidades de riesgo de cada entidad financiera van a perfilar con más exigencia a los clientes, van a cuidar a quién dar préstamos para no incurrir en morosidad; por lo tanto, la oferta (para las mypes) será menor”, manifestó a Gestión Wilber Dongo, gerente central de negocios de Caja Arequipa.
Prudencia
La prudencia en los desembolso se refleja también en las metas más moderadas que se tienen para el crecimiento de las carteras de crédito a las mypes este año, afirmó Joel Siancas, presidente de Caja Sullana.
El peor mal para cualquier país es la inflación, que ocasiona disminución en las ventas e incrementa la incertidumbre para invertir, refirió.
A febrero último, el saldo de los préstamos a las mypes (incluyendo Reactiva Perú) se expandió a ritmo anual de 3.7%, según datos del Banco Central de Reserva (BCR).
Walter Rojas, gerente central de negocios de Caja Cusco, detalló que la caja de las microempresas se suele destinar tanto a gastos familiares como a los del negocio. Y puesto que los primeros se han elevado por la inflación, ahora las empresas tienen menos liquidez disponible, lo que están tomando en cuenta las instituciones financieras.
“Por lo tanto, se está afectando su capacidad de pago y eso, en automático, lleva a otorgar montos menores de préstamos o plazos de pago más largos”, dijo.
Doble impacto
Dongo enfatizó el doble impacto del repunte de la inflación en la liquidez de las mypes: por un lado, están reponiendo su stock con menos mercadería ante los mayores costos, lo que no les permite vender lo mismo que antes; y por el otro, los clientes finales están demandando menos, pues están dando prioridad a la compra de los bienes más necesarios para sus hogares.
“Todo eso genera una descapitalización en el microempresario”, manifestó Siancas.
Negocios más sensibles a tal efecto son los que venden productos perecibles o artículos de moda, sostuvo.
Pero eso no es todo. La inmovilización impuesta por el Gobierno el pasado martes afectó el pago de los llamados “créditos paga diario”, que son financiamientos a 30, 60 o 90 días para mypes que operan en mercados, galerías y centros comerciales, indicó Rojas.
Morosidad
Tal medida y los bloqueos de carretera han causado pérdidas en clientes que se dedican a comercializar productos perecibles como frutas o lácteos, o en los vinculados al turismo, señaló.
Si bien aún no se observan problemas con el pago de deudas, hay clientes a los que se ha tenido que reprogramar porque sus flujos fueron afectados, añadió.
En este contexto de crisis política y mayor inflación, Dongo estimó que a partir de mayo la morosidad de las mypes se incrementará hasta en dos puntos porcentuales, lo que implicará mayores costos de provisiones que pueden afectar los resultados de las entidades financieras.
Además, proyectó que desde mayo las cajas y microfinancieras empezarán a elevar aún más las tasas de interés para los préstamos a mypes, por el mayor costo (tasas) que están pagando por los depósitos del público. Entre enero y abril, la tasa de interés promedio para créditos a mypes subió de 32.8% a 35.8%.
Consumo con tarjetas aún no recupera nivel del 2019
El consumo con tarjetas de crédito aún no se recupera a los niveles prepandemia (antes del 2020).
En un entorno de mayor inflación, lo que se viene observando en los últimos meses es que los tarjetahabientes han redistribuido el gasto con sus plásticos, refirió una fuente del sistema financiero.
Así, se ha incrementado la proporción del gasto con tarjetas de créditos en supermercados y productos básicos, mientras que ahora es de menor crecimiento el destinado a entretenimiento.
Además, a diferencia de lo que ocurre en otros mercados de la región, en Perú el uso de las tarjetas de crédito para viajes al exterior está más rezagado.
“Ese puede ser un síntoma de que la capacidad adquisitiva de los peruanos todavía no se recupera”, manifestó la fuente.
Los bancos están creciendo en colocación de plásticos, pero el uso todavía es bajo, sobre todo en el segmento de clientes masivos, sostuvo el ejecutivo.