
Las entidades financieras asignan a los prestatarios que ingresan por primera vez al sistema financiero una tasa de interés más alta en comparación con el promedio del sistema.
Lo anterior se debe a que el banco o la microfinanciera no dispone de suficiente información para determinar si el cliente es un buen pagador o no. Por ello, se le percibe como un usuario de mayor riesgo, pero ¿qué dato inédito han identificado los entes reguladores?
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La diferencia entre las tasas de interés que pagan los deudores nuevos y los antiguos no es nueva ni debería sorprender. Sin embargo, lo que sí es notorio es que durante el año pasado dicha brecha se ha incrementado de manera significativa, de acuerdo con la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), específicamente, en el caso de los préstamos minoristas.
“Se observa que la tasa de interés inicial de nuevos deudores de microempresa (mype) y de consumo no revolvente presenta una brecha importante respecto a la tasa promedio, la cual se ha ampliado significativamente en el 2024”, señala la superintendencia.
La tasa de interés promedio de desembolsos a deudores de microempresa y de consumo no revolvente mostró una ligera tendencia decreciente en el periodo 2017 – 2020. Sin embargo, desde fines del 2021 se observó un crecimiento constante de la tasa efectiva anual (TEA) promedio, según la SBS.

El ente supervisor atribuye lo anterior, por un lado, al crecimiento económico menor al esperado. “Las expectativas a la baja e incertidumbre a nivel local e internacional finalmente inciden en un mayor costo del crédito”, afirma.
“Cuando la economía no va bien, existe mayor probabilidad de despidos en las empresas. Entonces, aumenta el riesgo de que las personas puedan incumplir los pagos de sus tarjetas, por ejemplo. En consecuencia (como banco), voy a ponerles una mayor tasa de interés considerando además que al inicio (cuando recién se ingresa al sistema financiero) siempre se pagan mayores intereses”, explicó Ronald Casana, representante del Colegio de Economistas de Lima.
“Observamos un mayor riesgo percibido de mercado, en el sentido de la inestabilidad, de la incertidumbre de lo que pueda suceder en el futuro. Eso hace que la prima de riesgo, por la falta de información (de los bancos sobre los usuarios sin historial crediticio), tienda a subir”, expuso Walter Leyva, docente de finanzas de ESAN.
Leyva sostuvo que ese riesgo de mercado al que hace referencia está influido por varios factores. Por un lado, como ya mencionamos, un crecimiento del PBI que se está recuperando, pero que aún es lento, pero también por normas que provienen del Congreso y que responden a un “enfoque populista”, dijo el docente, haciendo referencia, particularmente, a aquella ley que establece topes a las tasas de interés.
“(Todo este entorno) hace que (las instituciones financieras) sean muy prudentes en el tema de aceptar riesgos y eso se compensa con una mayor tasa de interés”, acotó Leyva.
El docente detalló que para un préstamo de consumo bancario la tasa promedio del sistema está entre 35% y 50% anual, pero para un cliente nuevo es de 20 puntos porcentuales más, por lo que llegaría incluso al 70%. En lo que es microempresas, añadió, normalmente las tasas están entre 40% y 60% anual, y para los nuevos préstamos llegan hasta el 80%.
Según datos de la superintendencia, la tasa de interés en soles promedio del sistema bancario al 30 de mayo para los créditos de consumo era de 59.2%. En tanto, para los préstamos a microempresas la media era de 65.9%.

Tope de tasas de interés y su impacto
La ausencia de convergencia entre las tasas de los nuevos deudores y los antiguos, según la SBS, también podría estar explicada por la regulación de tasas de interés.
“Si, según el riesgo percibido, las tasas originalmente asignadas debieron ser más altas que las otorgadas, se esperaría que las instituciones financieras realicen ajustes posteriores para reflejar adecuadamente dicho riesgo en el precio del crédito, generando que las tasas permanezcan a niveles altos”, asegura el supervisor.
Según Leyva, el establecimiento de los topes a las tasas de interés representó un “punto de quiebre” que empujó a las instituciones financieras a emprender un “remapeo” de los perfiles de riesgos de los clientes. En consecuencia, se están otorgando préstamos cada vez con las tasas de interés más altas posibles.

Expectativa para este 2025 sobre las tasas de interés
Tanto Casana como Leyva no prevén una reversión en la brecha entre las tasas de interés de deudores nuevos y antiguos en este 2025.
“No va a incrementarse (esa prima de riesgo para los nuevos préstamos), pero tampoco veo una reducción. Más bien creo que se va a mantenerse este 2025 porque los riesgos se van a percibir todavía. Más aún porque no se ha terminado de eliminar la ley de los topes a las tasas de interés”, indicó Casana.
(Si bien el Congreso derogó en marzo la ley que establece límites a la tasa de interés, esa votación está pendiente de ser ratificada debido a cuestionamientos al proceso).
Todo lo anterior también se condice con el hecho de que, si bien la recuperación de la economía en los últimos meses se ha reflejado, sobre todo, en los créditos a la gran empresa, en los segmentos de préstamos minoristas aún las instituciones financieras observan un nivel de riesgo relativamente alto.
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Mayor competencia por captar nuevos clientes
En los últimos tiempos, el sector financiero ha incrementado sus campañas para captar nuevos clientes, apuntó Walter Leyva, de ESAN.
“En el caso de las entidades microfinancieras, están ampliando cada vez más (su actividad) en los sectores rurales, donde por sí el riesgo es mayor”, añadió el especialista.
Leyva advirtió que se podría estar generando un efecto circular perjudicial por el que las entidades financieras otorgan más préstamos de menor calidad, y eso eleva el riesgo del segmento en su conjunto. Por lo tanto, los nuevos créditos se otorgan con tasas más elevadas.
“Siempre un crédito nuevo va a representar más riesgo que aquel de un cliente que ya posee un historial. Pero ahora se ha vuelto un poco más riesgoso por los efectos del enfoque de las entidades de conseguir nuevos clientes en zonas rurales y periurbanas, y esa es una situación que podría desbordarse”, alertó.


Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.