El sector inmobiliario reporta un incremento en la demanda de viviendas con fines de inversión, es decir, que tras ser adquiridos se ponen en alquiler o se vuelven a vender, aprovechando su revalorización.
La inmobiliaria Urbana Perú indica que hasta el 2019 alrededor del 7% de las compras de sus clientes eran con fines de inversión, pero ahora este nivel ha subido al 12%.
Explicó que la modalidad más usada es tomar un crédito hipotecario y toda o parte de la cuota se pagará con la renta de alquiler. Agrega que la rentabilidad por alquiler varía entre el 5% a 7% anual, es decir, este es el porcentaje que se recupera cada año respecto al valor invertido en el inmueble.
“También ha aumentado la demanda de los jóvenes que buscan invertir en una vivienda, de entre 25 a 35 años, pues están teniendo mayor capacidad adquisitiva”, refirió Humberto Marín, gerente Comercial de Urbana Perú.
Por su parte la inmobiliaria Edifica también reporta un incremento en los últimos años en las compras con fines de inversión en sus proyectos.
“Ahora la mayoría de nuestras ventas, hasta el 75%, son a personas que compran para rentar, no para vivir. Esos clientes buscan diversificar sus inversiones, más aún ahora con la coyuntura local. Por eso también miran el mercado norteamericano”, refiere Juan Carlos Tassara, socio fundador y director ejecutivo de Edifica.
Revalorización
En el caso de la inversión con fines de una venta posterior, un factor que es bastante tomado en cuenta por los inversionistas es la adquisición del inmueble en la etapa de preventa, destacan las inmobiliarias, pues este se revalúa alrededor de 10% al año en promedio y la persona no tiene la premura de residir en el inmueble, como sí ocurre en el caso de una primera vivienda.
En un proyecto con un tiempo de construcción de tres años la plusvalía puede ser de 30%, indicó Marín, de Urbana Perú.
En ello coincidió Victor Acosta, gerente general de la inmobiliaria Senda, quien refirió que en algunos de sus proyectos se han dado casos de una revalorización de hasta 45% en tres años, entre la fase de lanzamiento y la entrega de la vivienda terminada.
“La demanda de los inversionistas se activa cuando un proyecto nace, pues saben que accederán a precios más bajos y podrán escoger las mejores ubicaciones. En los edificios grandes el tiempo de construcción puede llegar a ser de tres años, pero para proyectos más pequeños, el tiempo es menor”, anotó Acosta.
Luego de que la vivienda es entregada, su ritmo de revalorización es menor (se convierte en una vivienda de segundo uso), de entre 4% a 5% anual, “esa revalorización tras entregarse la vivienda irá en función al desarrollo de la zona”, anotó Marín.
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Zonas de interés
Las inmobiliarias refieren que las zonas con más demanda para invertir en un inmueble se encuentran en la denominada Lima Moderna y Lima Top.
En el primer caso destacan las urbanizaciones de Santa Beatriz (Lima Cercado), Santa Catalina (La Victoria) y Lince, en el área cercana a San Isidro, también conocida como ‘Linsidro’. A estas zonas se les suman los distritos tradicionales de alta demanda como San Isidro y Miraflores.
“Las familias buscan estar a máximo quince minutos a pie ya sea de un centro comercial, áreas verdes, lugares recreativos, centros de labores o de estudios. Los proyectos más atractivos son los que tienen esas ubicaciones”, remarcó Humberto Marín, de Urbana Perú.
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