"Lima es como una adolescente que le creció primero la nariz y los ojos le quedaron pequeños", compara el arquitecto Manuel de Rivero , para explicar el crecimiento sin armonía de la capital.
De hecho, el especialista afirma que vivimos en la "tercera Lima". Es decir, que tras la fundación de los españoles en 1535, la ciudad vivió su segunda etapa en los años 50 para derivar en el estado actual tras la migración de la gente de provincias.
"La planificación de los años 50 ó 60 que incluyó las grandes avenidas, como la avenida Arequipa o la Brasil quedó obsoleta por la migración masiva, porque no había forma de acoger adecuadamente a la cantidad de personas que llegaban".
Ciudad de locosPara De Rivero, Lima sufre una atomización en la toma de decisiones relacionadas al urbanismo , pues existe un desbalance en el control de las normativas para los proyectos inmobiliarios.
"En distritos como Miraflores, San Isidro, Surco o La Molina, hay un control excesivo, mientras que en otros lugares del mismo Lima cualquiera puede colocar un rompe muelles porque considera que los carros pasan demasiado rápido", apunta el arquitecto.
No obstante, en las últimas dos administraciones municipales se habría venido trabajando en un plan, aunque la gran tarea pendiente es la estandarización de las reglas.