Jefe de Marketing de Pandero
El año 2021 estuvo lleno de incertidumbre tanto a nivel sanitario como político; sin embargo, la demanda de inmuebles siguió creciendo y las personas a pesar de pasar por algunas crisis financieras, optaron por invertir en su casa propia. A raíz del COVID- 19, la demanda por adquirir una vivienda se incrementó y muchas personas vieron la oportunidad de poder tener su propio espacio en el que se sintieran más protegidos.
Actualmente, existe un déficit de vivienda nueva en Perú, lo cual lleva a que muchos usuarios compren viviendas usadas, permitiendo que accedan a mejores precios que con las nuevas. En Lima metropolitana el precio por metro cuadrado se sitúa en torno a los S/6,000, y la tendencia actual es adquirir departamentos de menor metraje, de esa forma se pueden acceder a viviendas de menor precio.
Sin embargo, existe la dificultad de encontrar un financiamiento adecuado que se ajuste a las posibilidades de las personas que buscan adquirir una vivienda. El principal problema pasa por el riesgo que las entidades financieras asumen, lo cual provoca que muchas personas sean rechazadas a la hora de pedir un crédito hipotecario, sobre todo en segmentos medios y bajos.
Para la mayoría de la población el acceso a un crédito hipotecario es difícil, ya que no siempre tienen un empleo formal, no cuentan con un historial crediticio o no tienen ingresos fijos, además de las condiciones de pago como una inicial mínima del 30% y las tasas de interés elevadas a la hora de adquirir una vivienda.
La solución al problema del déficit habitacional pasa por la construcción de nuevas viviendas que ayuden a aumentar la oferta que existe actualmente en el Perú. Para ello será necesario contar con más espacios que tengan la infraestructura básica para poder vivir. Asimismo, para facilitar el acceso a una vivienda es necesario contar con instrumentos financieros que ayuden a las personas que tienen dificultad para acceder a un financiamiento para la adquisición de su vivienda.
Entre las alternativas existentes para el financiamiento de una vivienda, se encuentra el crédito hipotecario tradicional o solicitar ayudas como Techo Propio y Fondo MiVivienda. Por otro lado, se encuentra el sistema de Fondos Colectivos, que facilita la accesibilidad de poder financiar una vivienda propia con condiciones más asequibles, sin inicial y con tasas de interés desde 2.7% anual. Además, no limita la línea crediticia del usuario con otras entidades, y el financiamiento es por 10 años. Sin embargo, ante esta modalidad el cliente debe tener en cuenta que debe esperar a salir ganador de los sorteos mensuales o ganador del “adelanto de cuotas” (remate) para recibir el bien.
La principal ventaja de adquirir una vivienda a través de esta modalidad, es que no se solicitan tantos requisitos y el ingreso es muy rápido. El costo financiero es muy bajo, tan solo del 2.7% anual, y no se requiere de una inversión inicial.
Si su interés es adquirir una vivienda, desde Pandero, por ejemplo, no es necesaria una inicial, la inscripción es muy sencilla y rápida, y se ofrecen cuotas desde US$ 299 que se ajustan a todo tipo de personas, además de brindar asesoramiento gratuito para que sea más fácil encontrar la vivienda perfecta en el lugar perfecto.
Si bien la compra de una vivienda supone un gran desembolso de dinero, y pocas personas cuentan con los recursos suficientes para poder realizarlo sin un financiamiento, el sistema de fondos colectivos se convierte en una gran alternativa que ofrece un acceso más fácil, plazos menores e intereses mucho más bajos.