(Bloomberg) Cruz dijo que planea recurrir al mercado secundario de los "Cedines": certificados emitidos por el banco central a los argentinos que participan en su programa de amnistía fiscal. A cambio de entregar moneda extranjera no gravada, las personas reciben Cedines denominados en dólares que pueden canjear o utilizar para comprar propiedades. Los certificados ahora se venden con un descuento del 15%.
"Me interesa hacer una transacción con Cedines porque es mucho más barato", dijo Cruz, que busca un apartamento de un ambiente de US$100.000 en un barrio elegante como Recoleta. "Es mi oportunidad de ser propietario y no alquilar".
El gobierno lanzó los Cedines para captar dólares cuando se aceleró la fuga de capitales y para fomentar la venta de propiedades, que se había desplomado debido a los controles monetarios. Dos años después, conforme los argentinos van tomando confianza en el programa de canje, el mercado del Cedín está cobrando impulso: los volúmenes operados aumentaron seis veces en el mercado secundario. Eso es un apoyo para un mercado inmobiliario en apuros.
"Estamos lejos de salir de la crisis", dijo Florencia Cecchini, agente de Re/Max que está ayudando a Cruz a encontrar apartamento. "Pero los Cedines deberían contribuir a reactivar las ventas un poco. Cada vez se los acepta más".
40% de inflaciónLos argentinos cambiaron US$1.300 millones con el banco central y US$239 millones entre diciembre y febrero, la cifra más alta para un período de tres meses desde fines de 2013. Del total, US$913 millones en Cedines se usaron para compra de propiedades.
Los restantes US$387 millones componen el floreciente mercado secundario, donde el volumen operado promedió unos 6,6 millones de pesos diarios en el último mes frente a alrededor de 1,1 millones de pesos cuando el plan comenzó en julio de 2013.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner prohibió que los argentinos compraran moneda extranjera en 2012 después de que las reservas de divisas del país se redujeron más que nunca en una década. La prohibición fue un golpe para las propiedades en un mercado en el que la mayoría de los vendedores no aceptan pesos y sólo se manejan en dólares. Los argentinos recurren a las propiedades inmuebles para proteger su patrimonio de una inflación que el año pasado llegó al 40% y de la caída de la moneda local.
El país sudamericano tiene dificultades para superar la peor crisis inmobiliaria desde la cesación de pagos de 2001. Las ventas de viviendas nuevas y usadas en la provincia de Buenos Aires cayeron 8% interanual en 2014, llegando al nivel más bajo desde 2002, según el colegio de escribanos públicos de la provincia. Las ventas bajaron un 18% en enero, de acuerdo con los últimos datos.
"En la Argentina, muchas personas guardan los dólares en el colchón y esa es la única manera en que duermen bien de noche", dijo Cruz. "Pero yo estoy totalmente tranquilo con este concepto" de los Cedines.