
Cada vez más familias buscan nuevas formas de proteger su patrimonio y evitar conflictos futuros.
En ese contexto, los fideicomisos son una alternativa moderna frente a los testamentos tradicionales, pues permiten establecer reglas claras sobre la administración y distribución de los bienes, garantizando una ejecución inmediata y transparente al fallecimiento del titular, destacó Geraldo Arosemena, managing director de TMF Group para Perú y Bolivia.
Explicó que en países como Estados Unidos, México y Colombia esta figura es ampliamente utilizada por familias de alto patrimonio para planificar su legado con orden y discreción.
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En el Perú, su uso está empezando a expandirse, especialmente en un entorno de incertidumbre política y económica, donde el fideicomiso se presenta como una herramienta legal sólida para salvaguardar el patrimonio y brindar estabilidad a largo plazo.
“El fideicomiso ofrece una protección integral del patrimonio. Permite definir qué bienes serán entregados, cuándo y en qué condiciones, incluso si los beneficiarios son menores de edad o si el propietario desea que los fondos se administren de manera escalonada. Es una herramienta flexible y totalmente segura desde el punto de vista legal”, refirió Geraldo Arosemena.
¿Cómo funciona el fideicomiso?
El fideicomiso se constituye cuando una persona transfiere la propiedad de ciertos bienes, dinero, inmuebles o acciones, a una entidad fiduciaria, que los administra según las instrucciones del dueño original o fideicomitente.
Al fallecer este último, el fiduciario ejecuta su voluntad conforme al contrato, sin necesidad de procesos judiciales. “De esta forma, el fideicomiso actúa como un administrador neutral e independiente, que garantiza que la voluntad del patriarca o matriarca se cumpla exactamente como fue establecida, protegiendo el patrimonio de disputas familiares o de terceros”, destaca el especialista.
Asimismo, agrega cuáles serían las principales ventajas frente al testamento tradicional:
Rapidez y seguridad jurídica: la ejecución es inmediata, sin depender de procesos judiciales.
Flexibilidad: se puede diseñar a medida —por ejemplo, liberar fondos en etapas o condicionar entregas a metas específicas, como educación o emprendimiento de los hijos.
Confidencialidad: el contrato no se hace público, a diferencia del testamento inscrito en registros públicos.
Orden intergeneracional: permite asegurar la continuidad del patrimonio familiar más allá de la primera generación.
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De acuerdo con Geraldo Arosemena, uno de los beneficios más relevantes del fideicomiso es la protección patrimonial: “Los bienes transferidos pasan a formar parte de un patrimonio autónomo y separado del fundador, la entidad fiduciaria y los beneficiarios. Esto significa que no pueden ser embargados ni utilizados para pagar deudas personales, ni verse afectados por conflictos familiares o sucesorios.
¿Quiénes suelen acceder a un fideicomiso?
En el mundo es común entre familias de alto patrimonio, y el mercado peruano no es la excepción, ya que los fideicomisos suelen estructurarse a partir de patrimonios que superan los US$ 2.5 millones, aunque existen algunos casos por debajo de dicho importe.
“Cada vez más peruanos están entendiendo que el fideicomiso no es solo un mecanismo empresarial o financiero, sino también una herramienta de planificación familiar y de legado. Es parte de una cultura de prevención que debemos seguir democratizando”, añade el ejecutivo de TMF Group.