La inflación a 12 meses aumentó a 8.46% en diciembre último, pese a la continua subida de la tasa de referencia del Banco Central de Reserva (BCR).
Con ello, muchos negocios han ajustado sus márgenes de ganancia pues el precio de sus insumos, materia prima, servicios o energía siguieron una tendencia al alza y ahora afrontan costos mayores que en el año anterior, dijo a Gestión Fernando Muñiz, gerente de Banca Pyme y Negocios del BCP.
El escenario de elevada inflación en el último año puso a prueba la capacidad de las empresas, sobre todo de las pymes, para trasladar el alza de sus costos a su consumidor final, sostuvo.
Asimismo, estas pymes están tomando medidas para reducir sus costos y deciden comprar volúmenes mayores a fin de recibir algún descuento de su proveedor, señaló.
“Buscan la manera de negociar con los proveedores pues no todas son capaces de canalizar los precios elevados a sus clientes, incluso ya no están comprando a crédito sino al contado para poder rebajar costos”, detalló.
Empero, estos pagos al cash son con capital que las entidades financieras les prestan pues tampoco es que tengan recursos para adelantar dichas compras, refirió.
“Los bancos entramos como instrumento para que las pymes no vean tan deteriorados sus márgenes pues solo algunas están en la capacidad de trasladar sus mayores costos al usuario; la competencia (entre pymes) es fuerte y, en muchos casos, no se lo permite”, acotó.
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Pymes negocian descuentos
Sin embargo, no todos los negocios están en condiciones de solicitar recursos de la banca en este escenario de precios altos y convulsión social, comentó Jorge Ochoa, presidente gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Además, los créditos también se han encarecido y las tasas de interés no son como las que obtuvieron con el programa Reactiva, aseveró.
“Las pyme cuyas operaciones no se han visto muy afectadas y pueden comprar más mercadería, lo van a hacer, pero aquellas que están golpeadas, como la gran mayoría en este momento, es difícil que busquen ahorros bajo esos mecanismos”, expresó.
Mencionó que en vez de un exceso de mercadería, otros negocios están buscando reducciones operativas pues un eventual sobre stock podría resultar riesgoso en un contexto en que las ventas no son fuertes.
En algunos casos, están reduciendo al mínimo sus niveles de mano de obra, prescindiendo del servicio de personas, además de negociar descuentos con sus proveedores de insumos, precisó.
“Estamos ya en una fase pospandemia, los empresarios tratan de vender más porque así obtienen una utilidad razonable y pueden compensar el incremento de costos, es una forma de garantizar su supervivencia, pero el contexto es complicado”, manifestó.
Incluso hay quienes están trabajando con niveles de emergencia, es decir, están manejando al milímetro sus inventarios, sin excederse, agregó.
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Proyecciones sobre precios
La inflación de enero repuntaría nuevamente, por el impacto de los precios de alimentos producidos localmente, principalmente frutas, hortalizas y tubérculos, en un contexto de protestas sociales y bloqueo de carreteras en contra del gobierno. Esto no ayudaría materialmente a reducir las expectativas de inflación, al menos a la velocidad que el BCR quisiera, sostiene Scotiabank. La autoridad monetaria prevé una tendencia decreciente del índice de precios desde marzo, para retornar al rango meta (entre 1% y 3% anual) en el cuarto trimestre del 2023.
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