La crisis económica provocada por la pandemia, hizo que muchos peruanos perdieran sus trabajos o quebraran sus negocios, lo que significó la desaparición de sus principales fuentes de ingresos.
Ante la difícil situación que diversas familias viven hasta el día de hoy, muchas de ellas ven una solución inmediata a sus problemas en los créditos informales. Pero, ¿qué son exactamente este tipo de préstamos? ¿qué riesgos implican?
Un crédito informal se refiere a los préstamos realizados por prestamistas informales como los gota a gota, casas de empeño, grupos de autoayuda y cadenas, así como los préstamos pactados entre miembros de la familia y amigos. Por lo que una característica diferenciadora es que el dinero se obtiene inmediatamente -y sin ningún tipo de contrato escrito-, pero con un alto nivel de interés por pagar.
El Instituto Peruano de Economía (IPE) reporta que, bajo supuestos conservadores, se habrían emitido préstamos informales por al menos S/ 1,000 millones a nivel urbano en el último año. Lo que equivaldría al 90% de los créditos a microempresas y de consumo de todas las Cajas Rurales.
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Créditos informales y formales
Solo el 34% de los prestatarios de crédito informal también solicitó un préstamo de una institución formal informa el IPE. ¿El resultado? Más del 80% fue rechazado.
Además, el 61% de encuestados no solicitó un préstamo a una entidad formal porque considera que exigen muchos requisitos.
Pese a ello, existe un 36% de prestatarios que sí preferiría una institución formal para un siguiente préstamo, principalmente de un banco privado.
Walter Leyva, presidente del directorio del Fondo de Cajas Municipales de Ahorro y Crédito, sostiene que la difícil situación económica actual ha generado que, ante la necesidad de las personas, estas se vean incentivadas a acudir a otros medios diferentes a los tradicionales, con el fin de obtener financiamiento para cubrir su capital de trabajo -en el caso de los pequeños negocios- o saldar cuestiones de hogar -en el caso de las personas naturales.
“Los clientes con urgencia de dinero valoran dos cosas al momento de solicitar un crédito: obtener el préstamo de forma rápida y que no exista mucha tramitología al momento de realizar la solicitud. Por ello, al no obtener financiamiento en una entidad financiera, están dispuestos a pagar tasas absurdas con los prestamistas particulares. Lo que al final del día es un arma de doble filo porque lo que inicialmente empezó como una relación comercial, termina como una relación que colinda con acciones delincuenciales de parte de los prestamistas”, comenta Leyva.
El especialista agrega que desde el año pasado hay una tendencia creciente de este tipo de préstamos en la medida en que la oferta se ha incrementado de forma acelerada.
De acuerdo con el IPE, solo en el último año, el 8% de los hogares en el Perú, 580 mil familias de las zonas urbanas, recibieron un crédito de algún prestamista o casa de empeño.
Sin embargo, lo que la gente no sabe es que muchos de estos créditos se vuelven impagos, ya que al ser cobrados, por ejemplo, de forma diaria, lo que generan es una descapitalización de los negocios. Es decir, a largo plazo los clientes se están asfixiando lentamente, subraya Leyva.
Refiere que “hoy en día existen otras opciones mejores a los créditos informales. Por ejemplo, las financieras otorgan préstamos a personas o emprendedores que no tienen ningún historial crediticio. Lo que hacen es visitar presencialmente a los clientes con la finalidad de validar el negocio que realizan. Luego de ello, aprueban los préstamos, que incluso van desde los S/ 300 o S/ 500, hasta el límite que las personas puedan pagar”.
¿Cómo usan las personas los créditos informales solicitados?
El uso de este tipo de financiamiento estaría concentrado en el nivel socioeconómico bajo (NSE D: 4% y NSE E: 14%), entre personas mayores a 25 años, y, geográficamente, más extendido en la zona oriente del país (22%, es decir, 130 mil hogares).
El 40% de las personas que fueron acreedoras de un préstamo informal en los últimos 12 meses, ya lo habían solicitado y recibido antes. En el caso de Iquitos, la cifra se eleva al 60%, con un promedio de número de créditos solicitados de al menos 10 por ciudadano.
¿Cuáles son los motivos para solicitar créditos informales?
Los principales motivos para solicitar créditos informales fueron pagar deudas, invertir en un negocio y cubrir las necesidades básicas. Precisamente, dentro de esta última categoría, más de la mitad de personas se prestó para cubrir sus gastos de salud, y cerca del 40% lo hizo para pagar la educación propia o de sus hijos en el año 2022.
Víctor Fuentes, gerente de políticas públicas del IPE, explica que, en línea con la investigación, el motivo principal de los préstamos varía según la condición laboral del prestatario y nivel socioeconómico. “Los independientes se prestan, principalmente, para invertir en un negocio. Casi la mitad de obreros y empleados se prestaron para pagar deudas. Además, el 59% de las familias de escasos recursos se prestan, principalmente, para cubrir una necesidad básica”, explica.
Con respecto a la nacionalidad del prestamista, en todas las ciudades, con excepción de Iquitos, las familias prefieren prestarse de otros peruanos. En Iquitos, el 74% de los créditos de este tipo fueron colocados por ciudadanos colombianos, probablemente por la mayor cercanía a ese país. Además, el 22% de los mismos son gota a gota o tienen una frecuencia de pago diaria.
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¿Qué condiciones tiene un préstamo informal?
El monto prestado por prestamistas o casas de empeño asciende, en promedio, a S/ 1,722 por ticket. Si bien Iquitos tiene una mayor incidencia de los créditos informales, estos tienden a ser sobre montos más pequeños. Además, el 99% de los créditos desembolsados se dieron en soles y en efectivo.
El 77% de las familias recibió la cantidad de dinero que había solicitado. Dicho porcentaje es similar en todas las ciudades con excepción de Iquitos, donde solo el 62% obtuvo un préstamo que satisfizo sus necesidades. Del 33% que no recibió el monto solicitado, más de la mitad recibió menos del 40% de lo que esperaba.
Un dato adicional es que las casas de empeño que otorgaron algún préstamo exigieron una garantía en el 78% de los casos. En comparación con solo el 4% en el caso de los prestamistas. Los electrodomésticos son el aval más frecuente. Además, se debe recalcar que se han llegado a exigir garantías no materiales, por ejemplo, la firma de un papel en blanco el favor del prestamista.
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