Las tasas de interés de los créditos de consumo adquiridos bajo la modalidad de consolidación de deuda han conseguido bajar de 55.2% a 32.3%, según datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
La compra de deuda es un mecanismo que permite organizar las finanzas personales, unir varias deudas a fin de obtener plazos más largos y tasas más bajas, es decir, mejorar las condiciones del préstamo, dijo Arturo García, profesor de Esan.
Así, es posible consolidar todos los productos para personas con que cuente un cliente, entre ellos, crédito hipotecario, vehicular, de consumo o tarjeta de crédito, señaló.
“El deudor puede esperar la llamada del banco o solicitar la consolidación ya sea con un solo banco en el que tiene sus productos o con cualquiera de las distintas entidades”, agregó.
En esta línea, el docente señaló que el primer requisito es tener la calificación de normal en el sistema financiero.
Los bancos están muy competitivos en la compra de deuda, revisan mensualmente a los clientes y llaman a los que están al día en todas sus obligaciones financieras para ofrecerles este producto, sostuvo.
Otra recomendación es consolidar la deuda en una sola moneda y que esta coincida con los ingresos que percibe mensualmente, por lo que, si posee algún crédito en dólares y gana en soles debería aprovechar para cambiar la denominación, expresó.
Asimismo, contar con una remuneración mensual es favorable y complementa la evaluación del banco, aunque un monto total elevado de deuda no representa un problema para una compra, manifestó.
“En la mayoría de casos, el cliente demuestra su buena capacidad de pago estando en condición normal en la central de riesgos, por ello, están aprobando líneas de crédito y consolidación de deuda sin exigir tantos documentos”, acotó.
Además, lo recomendable es aprovechar la reducción en el monto de pago mensual para establecer un ahorro y evitar volver a endeudarse para gasto corriente sino hacerlo, eventualmente, para la compra de activos, refirió.
Según García, hay casos en que la menor cuota se toma como un margen para gastar más o adquirir nuevas deudas, un error que lleva a los usuarios al mismo problema de desorden financiero.