Los eventos climáticos, de conflicto social y recesión económica acontecidos tras la crisis sanitaria del 2020, golpearon a las entidades del sistema financiero y, en mayor medida, a microfinancieras, que hoy muestran un deterioro en sus indicadores.
Así, 15 de 32 instituciones reportan una rentabilidad patrimonial en rojo al cierre de mayo, dentro de ellas cuatro cajas rurales, cinco financieras y seis cajas municipales, de acuerdo con datos de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS).
Esta situación compleja, observada en el último año, cobra mayor relevancia luego de que el regulador declare la intervención de la Caja Sullana, cuya cartera de depósitos y créditos ahora formarán parte del portafolio de Caja Piura.
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Hay instituciones de tamaño relevante que están bien, el problema radica en las más pequeñas que vienen arrastrando un incremento de provisiones para cubrirse de la probabilidad de incumplimiento en el pago de los préstamos vigentes, lo que afecta sus utilidades netas y, por ende, su rentabilidad patrimonial, comentó Ronald Casana, representante del Colegio de Economistas de Lima.
Además, el debilitamiento económico perjudica el bolsillo de los consumidores y de las mypes que los atienden, provocando una falta de pago de sus obligaciones financieras e incrementando la morosidad, añadió.
Morosidad
Si bien las entidades pudieron controlar la morosidad por un periodo gracias a una serie de mecanismos de apoyo, especialmente las reprogramaciones de deuda; tras cuatro años de haber ocurrido la pandemia este indicador se empieza a alejar de sus niveles promedio.
De este modo, es visible que la mitad de las microfinancieras afronta una mora igual o por encima de 8%, valla que es considerada por ejecutivos del sistema financiero como una señal de preocupación frente a los ojos de terceros como calificadoras de riesgo.
La situación económica actual afecta a todos, dueños de grandes empresas y pequeños negocios, deja sin dinero a la gente que, claramente, va apriorizar la compra de insumos básicos y aplaza la atención de deudas contraídas con las entidades financieras, expresó Jorge Delgado, presidente del Directorio de la Asociación de Instituciones de Microfinanzas (Asomif).
Sin embargo, como lo advirtió la SBS, el aumento de la morosidad y deterioro de indicadores no solo es consecuencia de factores endógenos a las cajas municipales, rurales o financieras; sino también de decisiones de manejo interno de riesgo crediticio.
“Las instituciones deben expandirse de manera prudente, si el país no crece ellas no pueden esperar que su cartera de crédito aumente mucho, cada una tiene un apetito por riesgo distinto pero no pueden querer un incremento acelerado en medio de este contexto”, manifestó.
Si el fondeo está caro y no pueden crecer con clientes nuevos como les gustaría -también por medidas como el tope a tasas de interés implementada por el Congreso-, no van a generar los ingresos suficientes para sostener ese ritmo de expansión, complementó.
Por su parte, Casana advirtió ciertas “deficiencias de gestión interna en algunas entidades, que implican la corrupción del crédito, es decir, modificación de las políticas de otorgamiento que decantan en un desgaste de la institución”.
La utilidad neta del sistema de cajas municipales cayó a la mitad (S/ 38.1 millones) al quinto mes del 2024; mientras que el conjunto de financieras y cajas rurales arrojaron pérdidas de S/ 14 millones y S/ 16.4 millones, respectivamente. En tanto, las empresas de crédito (ex Edpyme) sumaron S/ 20 millones a sus arcas.
Perspectiva
Delgado no cree que más instituciones atraviesen por el mismo proceso en el corto plazo, pese a que el índice de solvencia en cinco entidades microfinancieras está en un nivel cercano al reportado por Caja Sullana al momento de su intervención, y que dos de las 7 instituciones acogidas al programa de Fortalecimiento Patrimonial del Gobierno dejaron de operar en menos de un año.
“La SBS actúa prudencialmente, sabe lo que esta pasando, conoce la solvencia de sus entidades, ahora lo que debemos mirar más allá de las causas es que aún no hay confianza en el país”, aseveró.
Argumentó que, para ver un efecto en los emprendedores, es necesario un crecimiento importante del PBI y no solo el rebote del 3% que se tiene proyectado para este año.
El incremento de la pobreza es símbolo de que algo no camina bien en la enconomía, y si el parlamento no genera nuevas propuestas con impacto positivo hacia la mype, seguirán los problemas de pago, agregó.
Casana coincide con Delgado en que este año no habría nuevas operaciones de transferencia de bloque patrimonial similares a Caja Sullana, aunque sí podrían efectuarse algunas en 2025.
“La superintendencia va a ver en lo que resta del año cómo este llamado de atención al mercado, a través de lo sucedido con Caja Sullana, hará reaccionar a las entidades, si aquellas con números debilitados se sinceran y buscan por iniciativa propia ser adquiridas por otras más solventes”, señaló.
Habrían hasta dos fusiones el próximo año porque hay unas seis entidades con resultados golpeados, dependerá de cada institución reformular sus estrategias, reducir el nivel de cartera defectuosa y mitigar el incremento de la morosidad, declaró.
Resultados de entidades serían mejores en cuarto trimestre
La mirada de los especialistas se ajustó para la segunda mitad del año y ahora esperan cierta recuperación en los resultados financieros de las entidades microfinancieras en los últimos meses del 2024.
“Aún hay rezagos de la inflación, a pesar de que ya se encuentra en el rango meta del banco central y la tasa de referencia que se creía iba a ser menor para estos meses ha frenado su reducción por el momento”, fundamenta Casana.
Con ello, más lo recién sucedido, sostuvo que se podrían aplazar los visos de recuperación hacia el último trimestre, que podría ser mejor para las cajas y financieras, pero todavía no alcanzaría niveles precovid.
La economía y algunos grandes proyectos vinculados con minería se están reactivando, pero ese impacto no llega de inmediato a la mype, para ver que los negocios pequeños se beneficien de un crecimiento del país se debe esperar un poco más, acotó.
- 3.1% proyecta el BCRP que crecería la actividad económica de Perú en el 2024.
- 1.1% anual aumentó el crédito a la mype a mayo, mientras que el financiamiento en empresas en total se contrajo 0.4%.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.
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