El contexto de tasas más altas es hoy una constante en el sistema financiero, y alcanza también a las tarjetas de crédito, producto que ya expone tipos de interés elevados. ¿Es conveniente entonces su uso en bienes como automóviles?
Según Jorge Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE de la UPC, sí lo es, pero bajo ciertas condiciones.
Ojeda explicó que el uso de la tarjeta de crédito en montos relevantes, como el caso de un auto, haría que se aprovechen los beneficios del producto como, por ejemplo, puntos canjeables o millas.
No obstante, indicó que el uso de este producto financiero solo sería estratégico, pues se apuntaría a pagar la obligación en una sola cuota. Es decir, conviene evitar entrar en pagos de intereses, que son mucho mayores al escenario de un préstamo vehicular.
“Las tarjetas de créditos están vinculadas usualmente con las compras a crédito (en referencia a las cuotas), y esto no necesariamente deber así. El uso en la compra de un automóvil, con miras a pagarlo en una sola cuota, es recomendable si se cuenta con la liquidez para cubrir la deuda antes de la fecha límite de pago, incluso te puede dar unos días de ventaja. Esto cumple tanto para la totalidad del auto, la cuota inicial, o el tope máximo de tarjeta. La idea es gatillar los beneficios del producto sin costo alguno. Un beneficio adicional es que te ayuda también a seguir mejorando tu historial crediticio”, indicó.
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Nicolás Mendoza del Solar, gerente general de rebajatuscuentas, coincidió con lo anterior, pero mencionó también que, de no pagar la totalidad, sino solo la cuota inicial, y tomar a la vez un crédito vehicular, es posible que algunos bancos pongan ciertas restricciones sobre el uso de la tarjeta.
“Hay algunas tarjetas que restringen este tipo de uso. De no ser el caso, es una buen idea hacer esa compra (del auto). Sin embargo, de optar por (la compra en) cuotas entonces, ya no es una estrategia recomendable, sino que incluso es peligrosa para la salud financiera del cliente. Más allá de ello, y de querer pagar solo la inicial, se tiene que verificar si la entidad financiera con la que se tomará el crédito vehicular permita usar la tarjeta. Puede pasar que, por la propia política de riesgos de la entidad, se disponga que la cuota inicial se tenga que pagar siempre con recursos propios”, indicó.
Por su parte, Jorge Carrillo Acosta, profesor y experto en finanzas de Pacífico Business School, mencionó que antes de optar por esta estrategia se debe averiguar si el dealer automotriz cobra algún recargo por el uso de la tarjeta de crédito.
“Es hasta cierto punto recomendable de contar el dinero para pagar rápido. No obstante, algunos dealers ponen un cobro adicional por el uso de la tarjeta, y esto hace que se reevalúe el escenario sobre si los beneficios que obtendrían con la tarjeta compensan ese monto adicional. De tener este recargo adicional, es mejor no usar la tarjeta”, apuntó.
Datos
- La tasas promedio de la tarjeta de crédito es 58.55%, según la SBS.
- La tasa de préstamo no revolvente para automóviles es de 11.95% en promedio, según la SBS.