No es la mejor época para comprar un auto, a pesar de tener los recursos disponibles para ello, pues encontrarán un mercado vehicular más caro al igual que los combustibles, señaló Jorge Carrillo, profesor de Pacífico Business School.
Explicó que los vehículos están más caros, en línea con una importación complicada por los problemas en las cadenas de suministros a nivel mundial, confinamientos en China, y la guerra de Rusia en Ucrania, lo que ha traído como consecuencia que los carros de segunda suban también de precio.
Cabe resaltar que la importación de automóviles ha tenido una contracción de 21.4% desde este año hasta junio con respecto al mismo periodo del 2021, según datos de la Asociación Automotriz del Perú (AAP). Asimismo, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el aumento de precios de los vehículos a motor , entre enero y julio, fue de 3.87%, de los cuales en el sétimo mes, los automóviles nuevos tuvieron un aumento de 2.8%.
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“Los confinamientos en China han acentuado el escenario de elevados costos de fletes, y eso encarece los precios de los productos importados, en este caso, autos. La guerra ha influido también en este mercado por el lado de semiconductores y petróleo (Rusia y Ucrania producen gas neón y paladio, que se usan en los chips para autos). Se espera que en el 2023 se regularice el tema inflacionario y logístico que obstaculiza la velocidad o posibilidad de importación de vehículos”, indicó Carrillo.
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Por su parte, Jorge Ojeda, docente de la Facultad de Negocios EPE de la UPC, señaló que lo aconsejable es esperar al siguiente año, pues el inventario de autos está bajo, lo que se refleja en mayores precios. Asimismo, hoy se enfrentan a precios de combustibles elevados, lo cual tiene que ser presupuestado en la compra del vehículo.
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“No hay muchos autos en el mercado, lo que responde a la escasez de chips semiconductores y costos de los fletes. Se espera que se vayan estabilizando estos temas el próximo año, aunque dependerán de factores como la guerra entre Rusia y Ucrania, que también impacta en los combustibles. Esto último debe ser considerado en la evaluación de la compra, pues los mayores precios de la gasolina restarían el bienestar que da el auto”, indicó.
Otro factor, consideró, es el de las mayores tasas en el sistema financiero debido a los aumentos en la tasa de referencia del Banco Central de Reserva (BCR) para controlar la inflación. En ese sentido, hay un financiamiento vehicular más caro (comparar tasas aquí).
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Cabe indicar que, según el BBVA Research, la tasa de referencia subiría hasta 7.25% en el 2022, aunque pasaría a reducirse en el 2023 hasta 6.25%. Esto último por una tendencia de inflación a la baja y con la conclusión del ciclo alcista de tasas por parte de la Reserva Federal (Fed).
“Las tasas de interés están subiendo, y posiblemente no bajen pronto. Por otro lado, es probable que los bancos sean mucho más duros para otorgar créditos a futuro, lo que podría, bajo este punto, motivar a que la compra del vehículo se haga más rápido, sobre todo en casos donde sea necesario tener este bien, como para trabajo”, comentó.
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Por su parte, Carrillo Acosta señaló que el aumento de tasas del BCR, y su influencia en otras como las vehiculares, podría ser un factor que se “alivie” el siguiente año.
Asimismo, destacó que otro punto a considerar es el impacto, en el precio de los vehículos, del tipo de cambio, el cual se mantiene volátil y en niveles altos, situación que podría persistir el siguiente año.
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“Antes, en un crédito vehicular, podías tener una tasa de 8%, siendo un buen cliente, pero ahora a menos de 10% posiblemente no se consiga. Un tipo de cambio más elevado también desincentiva la compra de vehículos, pues ello influye en los precios de importación. En tasas podría aliviarse si hay efectivamente un mayor control de la inflación. Por el lado del tipo de cambio, la tendencia aún es poco predecible y dependerá de factores externos como las tasas de la Fed”, anotó.