El periodo de recuperación de los créditos morosos del sistema financiero se amplió en los últimos años, afectado por los eventos sociopolíticos y naturales, así como el débil desarrollo de la economía que perjudica la capacidad de pago del cliente, sostienen las empresas dedicadas a la cobranza de estas deudas.
Un plazo promedio estimado de recuperación de la inversión en compra de cartera castigada podía ser de 15 meses, sin embargo, hoy se ha duplicado y se habla de una cobranza entre 24 y 30 meses, señaló a Gestión Brady Menéndez, gerente general de Grupo Recupera.
Dicha cartera castigada corresponde a préstamos que han superado los 180 días de mora, los cuales son empaquetados por las entidades financieras y vendidos, a compañías especializadas de cobranza, para evitar afectarse por más tiempo con la elevada asignación de provisiones, explicó.
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El panorama económico poco alentador frena algunas decisiones del público en lo que se refiere a gastos o pagos de deuda morosa, dijo, y prefieren privilegiar el ahorro para estar preparados ante cualquier eventualidad.
El país atraviesa un periodo de incertidumbre de diversas fuentes, la inestabilidad política, fenómenos climáticos y el alza de precios son factores que influyen en la población y, sobre todo, en el negocio de las cobranzas que depende de la continuidad laboral de los deudores, comentó Humberto Ugarte, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Cobranzas del Perú (Anecop).
En este escenario, indicó que se logra recuperar un menor porcentaje de créditos morosos en el plazo esperado, comparado con años anteriores. De cada 100 cobranzas realizadas, se logra concretar 30, ofreciendo al deudor una propuesta para que se pongan al día, mientras que hace un año 60 clientes tomaban el plan de pago, precisó.
“Aunque se podría decir que no hay deuda incobrable porque, finalmente, la gente busca volver al sistema financiero y termina aceptando los esquemas que le ofrecen las casas de cobranza, hay clientes difíciles de ubicar que también dilatan la recuperación del crédito pues cambian de teléfono o de dirección”, agregó.
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Negociación
Los especialistas coinciden en señalar que los deudores morosos pueden acceder a descuentos significativos para poder honrar su deuda y reinsertarse como sujetos de crédito en el mercado formal de financiamiento.
Mucha gente aún conserva ideas erradas sobre las metodologías antiguas de cobranza, pero el estilo de la recuperación de deudas morosas ha cambiado, opinó Juan Luna Jerí, gerente comercial de Finanty.
Ahora los usuarios se tardan un poco más en ponerse al día, pero el proceso no solo se concentra en el pago del crédito sino en ofrecer una solución que lleve a la reinserción del cliente en el sistema financiero, que tenga la posibilidad de acceder a un préstamo nuevamente, declaró.
Así, el deudor puede llegar a reducir el monto pendiente hasta en un 60% empero ello dependerá del tamaño y la antigüedad de su préstamo, comentaron los ejecutivos.
“Es un proceso ‘win to win’. El cliente quiere solucionar su problema financiero en función a su voluntad de pago y las empresas de cobranza quieren recuperar y rentabilizar su inversión en la compra de cartera castigada”, manifestó Menéndez.
Por ello, se empieza a recortar los intereses moratorios y compensatorios aplicados por las entidades financieras y la negociación con el cliente se hace solo sobre el capital, especificó Ugarte.
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En esta línea, Luna Jerí afirmó que se brinda plazos adecuados y una cuota que se ajusta a la capacidad de pago actual del deudor. Además, añadió que los clientes rebancarizados prefieren volver a empezar tomando préstamos personales y no tarjetas de crédito, por considerarlas de mayor riesgo.
“Hoy estos deudores están en una zona gris, nadie les presta y lo que tienen a la mano son los créditos informales o de familiares. Ellos aspiran a lograr el semáforo verde nuevamente, recuperar su prestigio crediticio y preservarlo”, expresó.
Mitos
Ugarte enfatizó el uso de los canales digitales para la ubicación y contacto con el deudor, a quien ahora es posible atender por aplicativos como Whatsapp. “El mito del cobrador puerta a puerta pasó a la historia. La idea es que el cliente moroso acceda a pagar su obligación bajo un clima de negociación amigable y mediante el uso de herramientas menos invasivas”, complementó.
Por su parte, Luna Jerí alertó a aquellos clientes que suponen que con la ayuda de asesores -que usualmente ofrecen sus servicios en redes sociales- van a lograr más beneficios.
Los costos están definidos previamente, al deudor se le va a dar el mismo descuento con o sin abogado; es un mito que se debe empezar a desterrar pues el cliente termina pagando más por el servicio de asesoría, afirmó.
Acotó que “es como ir a una panadería y pensar que el pan va a costar menos si vas con un asesor, es la misma dinámica, ya hay una lista de precios. La gente debe ir asimilando que se le darán facilidades para el pago, que entran en rojo y pueden terminar en verde”.
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Perspectiva
Hacia el 2024, el panorama se muestra más favorable para el negocio de recuperación de deudas castigadas. Para el próximo año, las casas de cobranza podrán invertir con menos temor y optarán por incrementar los montos invertidos previamente en la compra de las deudas morosas, estimó Menéndez.
Este año, las familias han priorizado sus necesidades básicas pues algunos miembros perdieron sus empleos o vieron afectadas sus fuentes de ingreso, pero si observa una recuperación durante el siguiente año y se siente más tranquilo, podría empezar a mirar sus pagos pendientes, argumentó.
Una postura similar mostró Luna Jerí, quien aduce una correlación positiva entre el consumo interno y el dinamismo en el mercado de cobranza. De este modo, si el consumo se recupera, es muy probable que la cobranza también mejore, anotó.
Microfinancieras se unen a la oferta de cartera castigada
En el último año, más entidades se sumaron a la venta de carteras de clientes morosos cuya probabilidad de recuperación del crédito era casi nula.
Así, la oferta de cartera registra un incremento cercano al 30% en lo que va del año respecto de similar periodo del año pasado, señaló Juan Luna Jerí, gerente comercial de Finanty.
“Sin embargo, un factor que destaca es que algunas entidades, especialmente microfinancieras, también están gestionando la venta de cartera de una forma más abierta, la oferta tanto en número de participantes como en volumen está más dinámica”, exclamó.
Según el ejecutivo, suelen ser los bancos o financieras quienes llaman a subasta para ofrecer sus carteras castigadas, pero este año se ha observado a cajas municipales e incluso a empresas de crédito (ex edpymes) lanzando convocatorias.
Esta mayor venta de deuda morosa responde a los niveles de calidad de cartera que están presentando las entidades financieras en los últimos años, lo cual se respalda con que las entidades financieras destinan casi el doble en provisiones por riesgo de impago, hay un deterioro significativo, explicó.
El impacto de ese gasto se está reflejando en la última línea (utilidad neta) de la mayoría de las entidades financieras, especialmente, las enfocadas a la microempresa y al segmento retail que son las microfinancieras; por ello prefieren deshacerse de esa deuda con mora, complementó.
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Asimismo, el presidente de Anecop, Humberto Ugarte, precisó que las instituciones financieras no ponen a subasta cualquier portafolio de deudas. “No son morosos frescos sino carteras que han sido cobradas preventivamente y, luego, con intensidad conforme iba aumentando el número de días atrasados”, afirmó.
Cuando estas entidades identifican un doble perjuicio porque no pueden recuperar el préstamo y deben, además, provisionarlo optan por venderlo, acotó.
El gerente general de Grupo Recupera, Brady Menéndez, indicó que las subastas de estas carteras tienen cierta periodicidad según lo determine el banco o la caja, esto se conoce con anticipación -casi a inicios de año- para que las empresas de cobranza puedan tener listos los recursos que asignarán a estas compras.
Luna Jerí comentó que hay bancos que arman sus procesos de venta para su aprobación en el plan anual de la empresa y pueden incluir ventas mensuales, una vez al trimestre o anuales, mientras que las cajas y demás microfinancieras lo están haciendo en función de la evolución de sus cifras.
Además, estas ventas incluyen créditos sin garantía como préstamos personales, deuda de tarjetas y financiamiento a micro y pequeñas empresas; y suelen ofrecer la posición completa del cliente, es decir, todos los productos que tenga en la entidad pues el puntaje crediticio en rojo es por deudor y no por producto contratado, explicó.
El ejecutivo precisó que el costo de la cartera para una casa de cobranza varía según el ticket promedio de la deuda, del número de clientes, la antigüedad y si es una cartera originada en el mismo banco o si el este la compró en algún momento.
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Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.