En el sistema financiero las personas pueden asumir una deuda, en tanto esta puede ser una “deuda buena o positiva” y una “deuda mala o negativa”.
Al respecto, el docente de posgrado de Esan, Walter Leyva, explica que las “deudas positivas” se refiere aquellas donde el usuario toma inversiones, generalmente las patrimoniales, como por ejemplo la inversión en casas o departamentos.
“¿Por qué? Porque cuando uno se endeuda para comprar un inmueble, ese inmueble se revalúa en el tiempo, entonces si el cliente se endeuda por S/ 50,000, el bien que compró por ese monto en un mediano plazo se incrementará ese valor, y a eso se denomina una inversión. La lógica es siempre pedir préstamos para una inversión”, dijo.
De este modo, dijo que cuando compra un bien a menos precio y en el tiempo este valor subiendo, “esa es una deuda buena”.
Asimismo, dijo que la inversión es estudios es una deuda positiva, aunque está es una inversión intangible al ser parte de los conocimientos de una persona.
Indicó que incluso se dice que la inversión en conocimiento es mejor que en bienes, especialmente para las personas que están casadas porque cuando al momento que uno se divorcia, se debe repartir 50/50 lo que se ha comprado.
“Pero si inviertes en conocimiento, entiéndase una maestría, un post grado o diplomado, eso se queda en la persona y le va a permitir mejorar la línea de carrera dentro de la empresa donde labora actualmente o cambiar a otro trabajo con otra expectativa”, dijo.
Agregó que también se puede generar un conocimiento mayor para que lo pueda manifestar a través de consultoría o a través de un emprendimiento o un negocio propio.
Depreciación
En el otro extremo, una deuda es mala cuando se utiliza el préstamos para comprar algunos bienes que se deprecian o se destruyen, como por ejemplo, un carro.
“Si se compra un carro a crédito que cuesta US$ 20,000, en dos años ese carro ya no costará los US$ 20,000, sino, probablemente esté a la mitad. En otras palabras terminas pagando más, no tan solo por el costo de la deuda sino por el costo de oportunidad por el bien que has comprado”, dijo.
De este modo, recomendó tener al contado al menos la mitad del precio del auto y así pagar la otra mitad con crédito. De ese modo, se reduce el costo del crédito, es decir, la tasa de interés.
Detalló que tras la situación de la pandemia algunas entidades han ofrecido reducidas tasas de interés pero ha sido segmentado. En otras palabras, solo se ofrecieron bajas tasas de interés a ciertos segmentos de clientes cuyo riesgo crediticio es menor.
La otra “deuda mala” es la deuda de consumo, que son deudas para básicamente comprar ropa, alimentos o artículos superfluos que genera un bienestar temporal, pero no hay un efecto de permanencia.
“En el caso de consumo puede convertirse en una deuda buena si es que compra alguna necesidad específica, algún viaje, alguna compra de algún artefacto, y que te genera una rentabilidad personal. Si no te da rentabilidad económica, te genera una rentabilidad personal, es decir, te genera felicidad. Solo así en esos casos la deuda es positiva”, dijo.