Los créditos hipotecarios siguen desacelerándose, sin embargo, un sector que destaca en este financiamiento es el otorgado en el marco del programa Mivivienda.
Los créditos Mivivienda aumentaron a un ritmo de 15.9% en junio, avance superior al registrado por las hipotecas bancarias tradicionales (5.2%) en dicho mes, según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCR).
La situación fue diferente en junio de 2022, pues las hipotecas de entidades financieras se expandieron 8.3% anual, mientras que las de vivienda social crecieron 6.5%.
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El primer factor es el menor costo de fondeo de Mivivienda que permite ofrecer este crédito con una tasa de interés más baja que la de una hipoteca tradicional, comentó a Gestión Tábata Hinojosa, subgerente de Negocio Inmobiliario Corporativo de BBVA. Refiere que la concentración de la demanda se ha direccionado hacia la vivienda de interés social, cuyo ticket de financiamiento es de menor valor.
Según la ejecutiva, la tasa de un préstamo Mivivienda oscila alrededor del 8.6% en promedio, mientras que en una hipoteca bancaria supera el 9%. Asimismo, el monto financiado por el primero es de hasta S/ 343,000, mientras que en el segundo caso supera los S/ 500,000, complementó.
Álvaro Puga, gerente general de Bengala Inmobiliaria, coincide con Hinojosa en que el subsidio otorgado por el Estado -al que se suman los beneficios a los buenos pagadores e inmuebles sostenibles- hace más atractivo el acceso a una vivienda social.
“Este crecimiento acelerado del crédito Mivivienda no se observaba hace un año, es por eso que hoy vemos a más entidades interesadas en ofrecer este financiamiento, incluso cajas municipales”, expresó.
En la misma línea, Manuel Balcázar, general manager en B&B Soluciones Legales Inmobiliarias, sostiene que el Gobierno viene inyectando un monto significativo de fondos a la vivienda social lo que llama la atención de los desarrolladores y eleva la oferta de estos inmuebles con determinadas características.
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Especialistas estiman que tendencia continuaría, por lo menos, hasta mediados del siguiente año. La preferencia por los créditos Mivivienda sigue y es probable que este endeudamiento sostenga el crecimiento a doble dígito hasta el 2024, impulsado por tickets de menor tamaño, segmento donde se observa mayor dinamismo, prevé Hinojosa.
“Pese a que las tasas de hipotecas tradicionales empiezan a descender y en algún momento podrían cruzarse nuevamente con las de vivienda social (estar por debajo), no veo en el corto plazo que se revierta la demanda por Mivivienda”, mencionó Puga.
Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.