El escenario de conflicto social registrado en el último mes en el país empieza a tener impacto en la colocación de créditos a la pequeña y mediana empresa (pyme). El gerente de Banca Pyme y Negocios del BCP, Fernando Muñiz, habló con Gestión sobre el efecto de estos hechos de violencia y las facilidades que vienen solicitando los negocios.
-¿Cuál es el balance del crédito a la pyme en el 2022?
El año pasado fue de crecimiento para el segmento pyme. Los negocios tuvieron la capacidad de reinventarse y superar los efectos negativos de la pandemia y los precios elevados. Además, hubo cierta bancarización de negocios.
-¿En cuánto creció la cartera de este segmento?
En prepandemia, nuestro portafolio incluía a 60,000 clientes pyme con un crédito y hoy es casi el triple. Hay empresas nuevas, creadas en este periodo, pero también, un esfuerzo de la banca por incluir más pequeñas empresas en el financiamiento. Sin embargo, los episodios de violencia y extrema violencia que vemos en algunas regiones del país sí están afectando.
-¿Cómo está la demanda de crédito de las pymes en este escenario de conflicto?
Si partimos el Perú en tres zonas -Norte, Lima y centro, y sur-, en este momento vemos menor demanda en el sur. La originación (colocación) de crédito ahí, en departamentos como Puno, es cero o muy cercana a cero.
-¿Lima y el centro del país tampoco están solicitando préstamos?
En los negocios del centro, que tienen vínculo directo o dependen de estas zonas (del sur), no se puede cuantificar con precisión el financiamiento, pero también es menor.
-¿Cómo se podría estimar el impacto?
Para tener una idea, durante el año pasado desembolsamos cerca de S/ 1,000 millones mensuales a pymes, sin embargo, en diciembre fue alrededor de S/ 800 millones. Esta contracción se explica principalmente por la zona sur, donde vemos menos demanda de los clientes.
-¿La banca está siendo más rigurosa en la evaluación de crédito?
No, el efecto no es tanto por una rigidez del banco, sino por el cliente. Algunas decisiones de financiamiento se postergan. Hemos tenido solicitudes de crédito de mediano plazo para comprar maquinaria o abrir un segundo local, que entre diciembre y hoy nos han pedido esperar antes de adquirir una deuda significativa.
-En cuanto a los créditos vigentes de la zona sur, ¿tienen problemas con el pago?
El conflicto social se está desenvolviendo aún, pero algunos negocios ya venían de campañas navideñas austeras y con menos actividad que en años pasados. Diría que todavía un 50% de estos clientes indican que pueden seguir pagando su cronograma original; pero la mitad restante sí está teniendo problemas.
-¿Qué inconvenientes reportan?
Nos dicen que necesitarán una reducción significativa en la cuota de su préstamo porque tendrán que asumir pérdidas. Es dinero que no van a recuperar pues no podrán vaciar sus inventarios y si lo hacen será a precios de mucho descuento.
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-¿Cómo está actuando el banco frente a estas solicitudes?
En línea con la disposición de la SBS, se están reprogramando algunos préstamos de capital de trabajo por hasta 24 meses adicionales, pero también es posible patear un mes la cuota vigente e incluso, en la medida de lo posible, reducir la tasa de interés para que el pago mensual sea menor, pues hablamos de clientes puntuales que solo se están perjudicando por la coyuntura.
-¿Las facilidades son para todos los clientes perjudicados de alguna manera por los conflictos?
Hay clientes en Lima que si bien su negocio no está inmerso en el epicentro de la violencia, tienen un porcentaje de sus ingresos comprometido por la misma coyuntura. Las ramificaciones que tienen estos eventos (convulsión social) sobre otros negocios es directa, por tanto, las facilidades que les damos no tienen limitación de índole geográfica.
-¿Están informando esto a los clientes?
Sí, tenemos comunicación con nuestros clientes vía llamadas o mensajes telefónicos de su asesor, aunque en algunas zonas es complicado operar. En Abancay o Andahuaylas, por ejemplo, tuvimos agencias cerradas en diciembre.
-¿Y la demanda de préstamo en la zona norte?
Allí sí vemos empresarios muy activos en solicitar capital de trabajo para reponer inventarios o contar con caja para dar crédito a sus clientes. En zonas donde no hay afectación, no vemos desaceleración de financiamiento, aunque vemos menos demanda para inversiones de mediano plazo de activo fijo.
Mediana empresa será cautelosa en 2023
Se espera que terminen los hechos de violencia observados en zonas del país y los negocios puedan operar con normalidad en los siguientes meses del 2023, dijo Fernando Muñiz, de BCP.
“Vemos con optimismo lo que podamos conseguir este año, anticipamos un crecimiento del portafolio, con mucha prudencia y responsabilidad al entregar el crédito, pero basado en una distribución digital y autoatendida”, adelantó.
Sin embargo, se prevé mayor prudencia en la toma de deuda de la mediana empresa, pues sus inversiones son por montos elevados y, por tanto, más riesgosas, sostuvo.
“Los activos fijos que tienen en su balance les permite decidir entre una renovación de maquinaria o solo realizar un mantenimiento profundo”, acotó.
Además, señaló que aunque muchas pymes están frenando sus decisiones de crédito, no proyectan una contracción del portafolio al cierre de año.
Según el ejecutivo, el segmento pyme está formado por unos 6.5 millones de unidades, registradas como personas con negocios o empresas, que facturan entre S/ 5 millones y S/ 35 millones anuales.
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