La Superintendencia del Mercado de Valores (SMV) publicó una resolución que autoriza el funcionamiento de Proyecto Crowd Sociedad Administradora de Plataforma de Financiamiento participativo Financiero SAC.
Con ello, Crowfi -su nombre comercial- se convierte en la tercera plataforma que se une al mercado de crowdfunding, después de Afluenta e Inversiones.io. Estas dos últimas plataformas pasaron por un procedimiento especial de autorización ante la SMV, pues ya operaban antes de que se publique el reglamento de la SMV en 2021.
El esquema de financiamiento de crowdfunding permite poner en contacto a personas o empresas que requieren fondos para el desarrollo de un proyecto, con potenciales inversionistas.
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En el caso de Crowfi, los organizadores -que son los futuros accionistas- pidieron permiso, en primer lugar, para crear la compañía. Luego de ello se constituyó la empresa y se solicitó la autorización de funcionamiento, señaló Álvaro Castro, fundador de Sumara Hub Legal.
“Este es un nuevo paso para la industria fintech porque se trata de un ingreso (al mercado de crowdfunding) después de mucho tiempo, las dos primeras pasaron por un proceso de adecuación cuando se publicó el reglamento”, manifestó.
Según el abogado, el procedimiento para la autorización de esta nueva plataforma de crowdfunding ha permitido que tanto el regulador como la entidad autorizada aprendan: el primero, sobre la información solicitada en el trámite y el segundo, a operar desde cero.
Esta experiencia de la SMV y del sector privado podrían servir de impulso para el ingreso de más jugadores, acotó.
Pese a ello, Castro sostiene que el camino también fue largo y retador porque el nivel de detalle que requiere la norma y el regulador es extenso, con cierta dificultad para cumplir, tomando en cuenta que es para empresas de tecnología que, en su mayoría, se encuentran en un estadío inicial.
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“No son exactamente startups pero tampoco son bancos o grandes compañías las que solicitan el permiso de operación, estamos hablando de empresas pequeñas de innovación”, complementó.
Si bien el plazo que indica la norma es de 30 días para la autorización de organización y 30 días para el funcionamiento, en el caso de Crowfi ha demorado cerca de un año, originando un trámite muy complejo para una empresa de tecnología que evoluciona de forma rápida, sostuvo el especialista.
Castro estima que, al ser este el primer esquema de financiamiento participativo del sector inmobiliario, es una oportunidad para revisar los límites que establece el reglamento vigente sobre el valor de los proyectos que pueden levantarse en estas plataformas.
Por ejemplo, para proyectos empresariales el monto máximo a financiar por este canal es de casi S/ 2.4 millones, lo cual es poco si se considera el valor de un proyecto inmobiliario, comentó.
Economista de la Universidad de Piura. Actualmente se desempeña como redactor de Finanzas en Diario Gestión.