Los créditos educativos son un tipo de financiamiento que se apoya generalmente en la premisa de la culminación de los estudios superiores de estudiantes y profesionales, siendo este un carácter complejo al momento de ser evaluado por el prestatario. Jorge Ojeda, docente de la facultad de Negocios EPE de la UPC, y Enrique Castellanos, docente de Economía de la Universidad del Pacífico (UP) hablaron con Gestion.pe sobre el tema.
Según Ojeda, el crédito es de dos tipos, para estudios universitarios y para estudios de postgrado. En el caso del financiamiento universitario, usualmente es tomado por los padres del estudiante y no tiene periodos de gracia.
“Normalmente este tipo de créditos no tiene periodo de gracia, pues en el Perú son cinco o más años lo que lleva una carrera universitaria y la incorporación al mercado laboral, cuando se sale de pregrado, es más complicada. En ese caso, los pagos se dan como cualquier otro crédito. Por ejemplo, el padre puede financiar los estudios de su hijo y pagará la obligación financiera en el transcurso de la carrera universitaria”, indicó.
Según Castellanos, los créditos otorgados por las instituciones financieras en Perú generalmente no están guiados a financiar la etapa de pregrado a menos que sea a través de los padres del estudiante. En ese sentido, los recursos de este segmento de créditos van principalmente para maestrías.
“En el caso de financiar el bachillerato, los créditos educativos son afines a un préstamo para los padres. Si el joven estudiante de pregrado quiere financiarse por si mismo a través de un crédito educativo, esto no sucedería en el sistema financiero formal”, mencionó.
En cambio, los créditos para estudios de posgrado normalmente tienen periodos de gracia y se financia el total de los gastos educativos. No obstante, señaló que, como factor en contra, el periodo de gracia trae como consecuencia que se acumulen intereses; es decir, el monto de la deuda crece y, en el momento que se inicien los pagos, no se pagaría sobre el monto inicial, sino sobre el total (monto inicial más los intereses acumulados).
“En caso de ser un financiamiento del total del costo del programa educativo, la persona usualmente deja de trabajar y se dedica enteramente a sus estudios. Ante ello, el periodo de gracia podría ser de hasta tres años. Esto pasa sobre todo para estudiantes que van al extranjero, en donde se cubre además la manutención. La idea es que cuando culmine sus estudios empiece a pagar el préstamo”, mencionó.
Tasas
Las tasas, según el docente de la UPC, pueden ir desde 10% hasta llegar incluso a 50% para créditos de pregrado, y para los de posgrado se encuentran en alrededor de 10%. No es una tasa de interés variable y esta puede mejorar en caso tener una garantía.
“La recomendación es comparar entre instituciones, en donde se debe considerar que hay opciones como ONG que ofrecen este tipo de financiamiento, o que un banco cobra una tasa de interés más baja que una financiera. La ventaja de esta modalidad de financiamiento es que se pueden acceder a tasas menores siempre y cuando la institución donde se cursen los estudios tenga algún convenio con alguna que otorgue estos créditos”, indicó.
¿Y si no consigue empleo?
En el caso de aplicar periodos de gracia y que el estudiante (en este caso de posgrado) tarde un tiempo considerable en incorporarse al mercado laboral, el paso siguiente sería la reprogramación de pagos, según Ojeda.
“Son casos poco usuales, pues con un posgrado, sobre todo en el extranjero, conseguir empleo no se convierte en una situación complicada. No obstante, este tipo de escenarios motiva a los bancos a pedir garantías. Los plazos que se establecen son largos, contemplando que la cuota pueda ser pagada por el sueldo de la persona que financiaron”, manifestó.
Castellanos indicó que, en casi todos los casos se pide una garantía hipotecaria, pues se está financiando una cantidad importante de dinero. “En caso de no poder finalmente pagar el crédito, se ejecutaría la garantía hipotecaria”, precisó.
¿En qué se diferencian de un préstamo personal?
La principal diferencia en este tipo de créditos, señaló Ojeda, es los periodos de gracia y las facilidades a través de las universidades para acceder a mejores tasas.
“En los préstamos personales jamás se tendrá un periodo de gracia de 30 meses. Además, si se accede a un crédito por convenio con alguna universidad, se puede tomar de manera más rápida y con una tasa posiblemente menor”, afirmó.
Alternativas
Según Castellanos, debido a la poca cobertura que tiene el sistema financiero, sobre todo para el crédito en la etapa de pregrado, se manejan algunas otras alternativas interesantes.
“Hay fondos de inversión como Lumni que prestan o financian a los estudiantes, los cuales pagan lo acordado una vez terminados sus estudios. Asimismo, siempre está la alternativa de probar con una beca que ofrecen algunas entidades como el BCP, aunque están en función del rendimiento del alumno”, explicó.
Agregó que también hay fintech como Baldecash que financian, por ejemplo, implementos como laptops para el estudiante. “Son iniciativas aisladas y puntuales, pero finalmente necesitarían de una mayor cobertura para hacer la diferencia”, afirmó.