
Solo alrededor de una quinta parte de la adquisición de autos nuevos en el país se financia con un crédito vehicular.
Lo anterior puede tener varias explicaciones. Una de ellas es que una parte del público afluente (de altos ingresos) prefiere recurrir a un préstamo personal o a una tarjeta de crédito. De ese modo, obtiene los recursos que destina (total o parcialmente) a comprar un vehículo, ¿a qué responde este comportamiento?
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“Quizás un crédito vehicular implica mucha fricción, un componente de papeleo que es mayor que el de un crédito personal de libre disponibilidad”, sostuvo Fernando Muñiz, head de negocio prescriptor de BBVA Perú.
Es decir, el crédito vehicular es más engorroso, por lo que, con un sentido práctico, el cliente opta por un préstamo personal o por el dinero plástico, según el ejecutivo.
Condiciones
En el mismo sentido, Alberto Morisaki, gerente de Estudios Económicos de la Asociación Automotriz del Perú (AAP), refirió que los créditos vehiculares requieren una “evaluación adicional”, mientras que las tarjetas de crédito muchas veces ya están preaprobadas.
No es que los usuarios afluentes sean incapaces de acceder al crédito vehicular, o que cuenten con un bajo nivel de ingresos o un mal récord crediticio, sino que optan voluntariamente por otra modalidad de financiamiento.
“Pueden preferir (los créditos personales o las tarjetas) por la inmediatez, la rapidez del financiamiento, los plazos, entre otros, es decir, por varias condiciones”, resume Morisaki.
El 30% de la adquisición de nuevos vehículos se financia con algún producto bancario, y si se añade a los fondos colectivos, se llegaría al 40% de unidades que se adquieren mediante alguna modalidad de préstamo, estimó.
De acuerdo con la AAP, el año pasado se vendieron 151,000 vehículos livianos aproximadamente en el Perú, y este año la asociación espera que regrese a niveles del 2023 (164,000 unidades).
Por ende, se prevé que en el 2025 más personas financien la compra de un vehículo nuevo con un crédito personal o con su tarjeta de crédito.

Corta diferencia en tasas de interés de créditos vehiculares
El gerente del gremio automotriz señala que, para el cliente afluente, la diferencia entre la tasa de interés del crédito de consumo y la del préstamo vehicular “no es mucha”, tomando en cuenta su relativo bajo nivel de riesgo.
“Ese cliente afluente ya por sí mismo, sin poner la garantía (el vehículo), ya accede a tasas muy preferenciales en el mercado, dentro del mismo banco, incluso, para créditos personales. Entonces, el individuo hace una contabilidad mental. Debe firmar bastantes papeles más y hacer más trámites por un crédito vehicular, para una diferencia en el costo del financiamiento, que es real, pero es chica”, explicó Muñiz.
En otras palabras, la gestión o esfuerzo adicional que exige la solicitud de un préstamo vehicular no compensaría el menor gasto financiero que podría ahorrar el usuario.
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La verdadera competencia
La tasa de interés promedio (en soles) de un crédito vehicular en el sistema bancario es de 12.6%, mientras que para los préstamos personales de libre disponibilidad a más 360 días es de 23.3%, según la SBS.
“Muchas veces, el principal competidor del crédito vehicular de BBVA es el crédito personal de libre disponibilidad de BBVA. Nuestros clientes toman mucho eso”, manifestó Fernando Muñiz, de BBVA.
Algunos usuarios ven sentido a financiar una parte del vehículo nuevo con recursos propios, y el resto, por ejemplo, el 40%, con un crédito personal, detalló.


Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.