El panorama político y económico de Bolivia es, por decir lo menos, complicado. Gestión lo pudo comprobar de primera mano en una visita al país andino. Una de las primeras evidencias de la crisis actual son las enormes colas de vehículos que buscan llenar sus tanques de gasolina.
Largas filas se observan en varias estaciones de servicio en todo el camino del aeropuerto de El Alto al centro de La Paz. Así lo pudimos constatar al asistir a un evento organizado por el Banco de Crédito del Perú (BCP) en su sede en la capital altiplánica.
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Pero, ¿cómo se llegó a esta situación? Para entenderlo, debemos remontarnos al inicio del Gobierno de Evo Morales.
“En el 2004, el millar de BTU de gas natural estaba en US$ 3, y durante ese mandato (de Evo Morales) llegó a US$ 11. Pero ahí no está la respuesta entera. Además, el volumen (de exportación) pasó de 8 millones a 31 millones (de metros cúbicos al día)”, indicó el analista político boliviano Gustavo Pedraza.
“Es decir, se cuadriplicó no solo el precio, sino el volumen de exportación de gas. Pero, además, se firmó otro contrato (de exportación) con Argentina, y se llegaron a exportar 56 millones de metros cúbicos al día”, añadió el experto.
En el 2004, las exportaciones de gas de Bolivia eran de US$ 3,000 millones, y en el 2013-2014 subieron a US$ 13,500 millones, es decir, US$ 10,000 millones más, refirió Pedraza. “Por eso se paseaban hablando del milagro boliviano, pero la verdad es que era pura y dura exportación de materia prima”, enfatizó.
Vacas flacas
Ante la insostenibilidad del modelo, vino la caída. “La crisis económica ya venía asomándose desde el 2014. El especialista en hidrocarburos Álvaro Ríos les dijo (a los del Gobierno del MAS) en 2013: si no van a hacer exploración el modelo se va a caer en unos diez años, y dicho y hecho”, manifestó el analista político Andrés Gómez.
“No hay dólares para comprar gasolina y para poder importarla. Por eso se ven colas de carros para llenar sus tanques”, explicó el especialista.
En este enrarecido entorno los bolivianos estarían viendo a la moneda peruana como una alternativa de reserva de valor.
“Lo que Perú tiene en un año en inflación, Argentina lo supera en un mes. Eso habla muy bien del manejo del banco central (de Perú), de la fortaleza de nuestra moneda que ahora está muy demandada incluso por nuestros vecinos en el sur andino que demandan el chólar ¿Chólar le dicen no? Ya no es el dólar, es el chólar”, afirmó el economista jefe del BBVA, Hugo Perea, en un reciente evento organizado por Procapitales.
Un sol peruano equivale, al cierre de esta edición, a 1.84 bolivianos.
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Sin reservas
“Lo que ha pasado en el 2024 es que se ha cruzado la curva de la crisis económica con la curva de la crisis política. Antes había la primera, pero no la segunda. Y sucede que justo porque el año pasado se acabaron las reservas, no hay plata”, recalcó en el mismo sentido Pedraza.
La situación política se agravó aún más tras la reciente denuncia de atentado al expresidente Evo Morales. Según los politólogos bolivianos citados en esta nota, Pedraza y Gómez, la comitiva que acompañaba al exmandatario habría sido la que habría propiciado el enfrentamiento.
“La historia nos demuestra que estos procesos siempre son violentos. En el periodo del 78 al 82 hubo más de mil muertos, en el del 2003 al 2005 hubo más de 60 muertos, en el del 2019 (cuando Jeanine Áñez asumió la presidencia) hubo más de 30 muertos. Esto sucede porque no hay instituciones. Si las instituciones son fuertes, ellas se encargan, pero si no es así, la calle es la que define el rumbo y el costo de la transición”, sostuvo Pedraza. “Creo que las condiciones están dadas para que haya un cambio violento”, advirtió
Sin gas
Según el analista político Andrés Gómez, entre el 2005 y el 2006 Bolivia tenía 17 trillones de pies cúbicos de reservas probadas de gas, pero ahora apenas habría 2.5 trillones. “Según los expertos, eso alcanzará para dos años más y luego hay que importar gasolina y diésel, y luego GLP (gas natural), y eso es gravísimo”, enfatizó. Gómez advirtió, además, que el déficit fiscal de ese país se ha “profundizado”, pues el Gobierno sigue gastando aunque bajen sus ingresos.
Economista con trayectoria en periodismo y medios digitales.
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