En el primer trimestre, el número de títulos valores registrados como morosos aún no recupera los niveles prepandemia.
Empresas y personas usan títulos valores, como letras y pagarés, para respaldar créditos que asumen con entidades financieras y terceros. Ante el impago de estas deudas se produce el protesto del título valor, que facilita una eventual cobranza judicial.
Según datos del Registro Nacional de Protestos y Moras de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), los títulos valores protestados totalizaron 35,547 al cierre de marzo. Dicha cifra implica una caída de 49.7% respecto de igual trimestre del 2020.
Los títulos valores más anotados en el registro de protestos y moras fueron las letras, seguidas por pagarés y facturas negociables.
Asimismo, esos títulos valores registrados por impagos alcanzaron los S/ 678.7 millones, monto menor en 39% al reportado en el primer trimestre del 2020.
Restricciones
El año pasado, los protestos ya habían disminuido 36% en número y 45% en monto, refirió a Gestión Milagros Longa, jefe del Registro Nacional de Protestos y Moras de la CCL.
Precisó que la menor actividad económica, las restricciones para las empresas por razones sanitarias, reprogramaciones de créditos y, en particular, una medida de la SBS para aplazar los protestos del sistema financiero (hasta el 31 de agosto del 2020), explican el menor registro de moras de títulos valores.
Ante la lenta reactivación de la economía las empresas negocian menos y, por tanto, disminuye la probabilidad de registrar protestos. “En febrero tuvimos otra cuarentena, otro aislamiento, entonces eso también nos ha afectado”, añadió.
Si bien los títulos valores se usan más entre empresas, son los protestos a personas -vinculados a deudas con entidades financieras- los que muestran mayor dinamismo.
Sobre el total de registros de títulos valores morosos, la participación de las personas es usualmente de 30%, pero en el primer trimestre de este año dicho porcentaje se elevó a 39%. “Eso se refleja también en el crecimiento de la mora en el sistema financiero, pese a que hubo reprogramaciones”, dijo Longa.
Reprogramaciones
Entre los sectores con mayor número de protestos está el financiero, con registros de préstamos personales y vehiculares que se respaldan con letras y pagarés.
En cambio, la participación de las empresas reportadas como morosas en títulos valores bajó en el primer trimestre a 61%, desde niveles previos de 70%. Y es que las empresas, a diferencia de las personas, tienen margen para reducir costos, sostuvo le ejecutiva.
Además, las empresas están haciendo reprogramaciones entre ellas y se están tomando más tiempo para esperar el pago de un crédito antes de reportar negativamente a sus clientes, detalló.
El sector de comercio y servicios tiene más incidencia de protestos, en particular en gastronomía, turismo e inmobiliario, negocios golpeados por la pandemia.
El número de morosos que se puso al día en sus pagos, es decir, que regularizó su registro por protestos solo bajó 5% en el primer trimestre.
Longa destacó que las empresas están cuidando su récord crediticio para acceder a programas del Gobierno y a créditos de instituciones financieras a mejores tasas de interés. El grueso de las compañías está limpiando sus protestos en el menor tiempo posible, afirmó.
Las letras y facturas negociables, seguidas por pagarés, fueron los documentos más regularizados entre enero y marzo de este año. Los sectores agro, construcción, salud y bienestar, textil, vehículos y maquinarias, y tecnología lideraron esta regularización de protestos.