Diciembre es un mes de festividades que ameritan un brindis especial. Si bien las burbujas cobran protagonismo durante estas fechas, el whisky es el destilado que, no solo este mes sino a la largo del año, se va ganando la preferencia del consumidor peruano.
“El Perú está en el top cinco del mercado regional de Sudamérica en la categoría de whisky súper premium”, asegura Jacomo Bazo, portafolio Manager de Bebidas Premium.
De acuerdo con Anita Almendáriz, gerente de marketing de la cadena especializada Almendáriz, en el Perú hay cerca de 25 casas de whisky, cada una de ellas con un portafolio que va desde productos de entrada hasta el ultra premium, cuyos precios empiezan en S/150 y pueden llegar hasta los S/2,200.
“Por eso, hablar de maltas es hablar de un whisky de nivel superor, con calidad de granos y que llega en pocas cantidades”, apunta Almendáriz, quien añade que en el país hay un total de seis a ocho marcas fuertes.
Asimismo, según la gerente de la cadena de licores, este tipo de productos tuvo un punto de quiebre en la pandemia, que alcanzaron picos de venta no vistos antes. “Eso no ha cambiado, sino que se ha mantenido. Es un segmento muy chico, de nicho”, apunta sobre estos consumidores.
Perfil del consumidor
De hecho, Bazo sostiene que debido al buen momento del consumidor de lujo es que marcas como Glendfiddich, de reciente lanzamiento, deciden apostar por este mercado en este momento. “El segmento sigue en aumento, a pesar de la crisis económica y la inflación a nivel mundial. Comenzó siendo un nicho, pero viene creciendo bastante rápido. Tras la pandemia, el consumidor busca invertir más en experiencias, en ocio, en salir”, dice.
“El whisky ha tenido un alza de precio significativa a partir de setiembre. Esto ha hecho que quienes se estaban iniciando en este mundo tuvieran que dar un paso al costado. Pero, de otro lado, este tipo de consumidor siempre ha tenido una billetera que puede hacerle frente a esos cambios de precios y al que la crisis económica no afecta”, detalla Almendáriz.
“El target de consumo de lujo es un nicho muy pequeño. Podemos verlo así: son personas con ingresos muy altos que a veces quieren engreírse o celebrar algo. En esas ocasiones, se convierten en consumidores de lujo”, explica el vocero de Bebidas Premium.
Almendáriz dice que el perfil de este cliente es marcadamente masculino y que empieza a partir de los 35 a 40 años.
“El whisky aquí es un símbolo de status, aspiracional. Al peruano le gusta el tema del show off (presumir) y tener algo que le dé un status mayor”, dice Bazo.