Thalia Cadenas
Para algunos, una frivolidad, y para otros, una necesidad. El confinamiento y el home office han revolucionado las costumbres de los usuarios, incluso su manera de vestir, pues han tenido que trasladar su día a día al interior de sus hogares. ¿Qué ha pasado con la industria de la moda en tiempos de pandemia? ¿Qué tendencias veremos este año?
Compras inteligentes
María Ximena Villarán, directora de la carrera de Diseño y Gestión en Moda de la UPC, explica que antes de la pandemia los consumidores compraban motivados por las estrategias de marketing. Por ejemplo, algunos llegaban a las tiendas para comprar una cartera y terminaban llevándose el outfit completo.
De otro lado, con el e-commerce había una gran desconfianza al inicio, señala Villarán, debido a que los clientes no estaban acostumbrados a la compra virtual.
Además, indica que el problema fue que muchas de las tiendas, en las que el consumidor compraba con frecuencia, no tenían las plataformas tecnológicas para responder a este nuevo modelo de venta.
Por otra parte, “la posventa es superimportante, porque la parte fría de la compra virtual se convierte en la más cálida. El cliente busca sentirse cómodo en el proceso de compra, acompañado”, subraya.
Psicología del comprador
Un efecto curioso en el comportamiento de quienes disfrutaban ir de compras a menudo es la sensación de vacío que pueden experimentar si deja de hacerlo, incluso si saben que la razón es cuidar el presupuesto, explica Villarán.
Sandra Andrade, diseñadora de modas y jefa de marketing del Centro de Altos Estudios de la Moda (CEAM), comenta que “la pandemia adelantó el interés por la sostenibilidad en diferentes formas. Se viene un consumidor mucho más instruido en sus compras, que apuesta por marcas que tengan mayor durabilidad”, explica Andrade.
Esto ocasionó que los diseñadores cambien el ritmo de lanzamiento de colecciones. Según la experta, las tiendas renovaban sus diseños cada dos o tres semanas. Pero sin la misma asistencia a las tiendas físicas, optan por tenidas de mayor durabilidad. “Las compras serán más inteligentes. No están comprando para la temporada, sino para un closet que dure muchos años”, señala.
Moda ‘comfy’
Las expertas coinciden en que los usuarios ahora priorizarán su comodidad al interior de sus hogares.
“La tendencia es usar más pantalones de buzo o yoga con un sweatshirt que le haga juego. Sobre los materiales, en países como España y Estados Unidos se han impuesto las fibras naturales y ecológicas. Se buscan materiales orgánicos, pese a que la prenda podría tener un costo más alto”, dice Villarán.
“En verano, se vienen los shorts en telas de buzos. Los colores neutros primarán sobre los neones y en los closets habrá más prendas atemporales”, destaca Sandra Andrade.
La emergencia ha exigido una reinvención creativa y profesional
La capacidad de los diseñadores para reinventarse es otro punto a destacar. Han utilizado las redes sociales para comercializar sus productos e incluso apostar por las prendas personalizadas.
“El desarrollo de prendas únicas hechas a mano para un cliente específico ha sido uno de los puntos a favor. Somos capaces de amoldarnos a distintas situaciones”, resalta María Ximena Villarán.
¿Pero cómo mantener fiel al cliente en una venta virtual? “Los pequeños negocios que han sobrevivido, debido a que tienen varios años en el mercado y una clientela fiel, se han convertido en ‘personal shoppers’: seleccionan prendas y las envían a las casas de sus clientes para que ellos escojan. Pero las ventas no han llegado a sus metas”, advierte Villarán.