El tofu es un derivado de la soya de origen chino. Se elabora con leche de soja condensada, que se prensa en bloques blancos sólidos mediante una técnica similar a la que se utiliza para elaborar queso.
Existe mucha controversia frente al consumo de la soya en general para el ser humano. Sin embargo, hoy vamos a aclarar dos puntos importantes. El primero es que la soya, si bien tiene isoflavonas, estas no actúan de igual forma en el organismo que las hormonas humanas. Es más, no tienen los mismos receptores, así que no generará problemas hormonales por un consumo (no excesivo) de productos de soya.
El segundo punto es que las carnes animales que consumen las personas con una dieta onmívora son alimentados con soya, así que no tendríamos por qué señalarla como un alimento peligroso o dañino, ya que, de igual forma, la mayor parte de personas la consumen.
Ya sea que esté hecho de soja transgénica o no, el tofu generalmente se considera seguro para el consumo humano. Sin embargo, se recomienda el consumo de soya orgánica hasta que se presenten más estudios científicos sobre los alimentos transgénicos y sus efectos a largo plazo.
En cuanto a su valor nutricional, el tofu, así como la mayoría de los alimentos derivados de la soya, contienen una gran cantidad de proteínas y todos los aminoácidos esenciales. Aproximadamente tenemos 8 gramos de proteína en 100g de tofu, 20% del RDA de calcio (siempre y cuando haya sido un tofu elaborado con sales de calcio), el 9% del RDA de hierro y el 6% de zinc. Por lo cual, este alimento es una gran fuente de nutrientes para personas con una alimentación basada en plantas, vegetariana o vegana.
La mejor forma de consumir el tofu es cocinándolo. Esto lo puedes hacer de la forma que gustes, ya que el tofu, al no tener un sabor característico, adquiere el sabor que se le otorga al marinarlo. Es decir, el sabor del guiso o aderezo que utilices. Otra ventaja del tofu es que este se puede congelar en su paquete original hasta por cinco meses.
En cuanto a los efectos del tofu o la soya y su relación con el cáncer de mama, las investigaciones muestran que las mujeres que consumen productos de soya al menos una vez a la semana tienen un riesgo de cáncer de mama entre un 48% y un 56% menos que las que no lo hacen.