La acostumbrada subasta del Museo de Arte de Lima (MALI) realiza su edición número 27 este 4 de junio. Los últimos cinco meses han servido para preparar un catálogo con 59 lotes de piezas que llevan a reflexionar sobre cómo piezas de arte tradicional o ancestral pueden incorporarse en la vida contemporánea. “Tratamos de acercarnos a un nuevo público interesado”, sostiene Gonzalo Li, el presidente del comité de subastas. Aquí nos explica el cómo.
Trabajo colaborativo
“La idea principal es poner en un espacio más horizontal las distintas expresiones artísticas y pensar en nuevos usos para las obras”, sostiene Li. Así, una mesa kené es también una escultura decorativa trabajada en un tronco de madera molle con tintes naturales, y a su vez resulta utilitaria.
De igual forma, un biombo cumple también el papel de estantería. Para lograrlo, cuatro arquitectos se encargaron del diseño y la ejecución de los paneles estuvo en manos de la familia Goicochea, que trabaja tejidos en fibra vegetal de junco.
“Es que el trabajo colaborativo busca destacar también esta subasta. Así, un 25% del catálogo son piezas comisionadas”, menciona al respecto Li.
Parte de ello son siete lotes elaborados en homenaje al poncho peruano. Estos se elaboraron por diferentes diseñadores de moda y artistas textiles.
“Tenemos, por ejemplo, la colaboración entre la joven diseñadora Camila Pareja-Lecaros y la tejedora de Cajamarca Rosa Farro. En un telar de cintura de San Miguel de Cajamarca, se da un giro al poncho típico del chalán para crear una versión femenina. Y se le añadió una correa de cuero de paiche. Así que se mezclan las tres regiones”, explica el presidente.
Por otra parte, Armando Andrade rescata en el poncho que diseña, la técnica ancestral del Ikat que ahora solo se usa en pañuelos.
Otro lote utilitario es un juego de 12 servilletas e individuales, diseñado por Mariella Agois y tejido con telar de cintura con la misma técnica de las tradicionales alforjas por Bertha Esquirva.
Estrategias
Consciente de la frecuencia con la que se visitan museos en el Perú, el MALI piensa en acercarse a nuevos públicos en otros espacios. Hace un mes fue la feria PARC, por ejemplo, y esta, primera vez está en Casacor con “El espacio del coleccionista”.
“Con esto, la idea era encontrar la forma de exhibir la idea detrás de cada catálogo de subasta a personas que no saben cómo acercarse. Aquí se puede ver cómo las piezas conviven en armonía”, menciona Li. En una frase: “es un espacio de inspiración”.
Además, es parte de la estrategia constante para llegar a un público más joven. En esa línea, cuenta, una particularidad de esta subasta es que más del 70% del catálogo tiene un precio base menor a US$ 3,000, lo cual ha sido posible debido a los trabajos colaborativos.
La pieza con mayor precio base (US$8,000) es una transcripción a mano del libro “Poetics of Relation” de Edouard Glissant.
Otra estrategia para reducir el monto de los precios base fue incorporar en la sesión “Pioneros del diseño”, donde están los artistas emblemáticos, muchas piezas en pequeños formatos de 28x28 centímetros por ejemplo, como témperas o acuarelas sobre cartón. Allí se pueden encontrar composiciones de Elena Izcue, Antonino Espinosa, Alejandro González y Julia Codesido. El trabajo está hecho, ahora solo se espera dar el martillazo frente al aforo presencial de 150 personas.
En corto
Comité de subastas. Está conformado por Armando Andrade, Natalia Delgado, Paulo Dam, Talía Durand Neuhaus, Isabel Miro Quesada, Inés Temple Ginette Lumbroso, Lucia De La Puente, Rosa María Macera, Jimena González, Úrsula Vega, Jackie Simón y Julio Noriega.